El piragüismo español arranca con dos bronces

El piragüismo español ha comenzado a lo grande la carrera por las medallas en París: dos bronces en el primer día de reparto conquistados por el C2 500 de Joan Antoni Moreno y Diego Domínguez y el K4 500 de Saúl Craviotto, Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade. Abrieron la cuenta Moreno y Domínguez, que aprovecharon el regreso a los Juegos del C2 500 después de 16 años de ausencia para llevarse la segunda medalla española en esta modalidad tras el bronce de Enrique Míguez y Narciso Suárez en Los Ángeles 84. Juntos se ganaron la plaza para los Juegos después de derrotar en el selectivo nacional a los campeones del mundo de 2022, los sevillanos Pablo Martínez y Tano García. Aquella sorpresa les convirtió de inmediato en los tapados del equipo. No llegaban como favoritos, pero tanto en la primera ronda como en la semifinal demostraron estar a la altura de los mejores. Saliendo por la calle 1, los españoles llegaron a mitad de carrera en la cuarta posición, pero lograron superar en los últimos metros a los rusos Zakhar Petrov y Alexey Korovashkov, que navegan bajo bandera independiente, y subirse al tercer cajón del podio. Nueve centésimas fue la diferencia entre ambos barcos. El oro fue para los chinos Hao Liu y Bowen Ji, y la plata para los italianos Gabriele Casadei y Carlo Tacchini. Domínguez, madrileño de 21 años afincado en Galicia, comenzó a navegar junto a su hermano Noel, con quien se proclamó subcampeón del mundo júnior en 2022. Ese año también fue oro mundial júnior en el C2 500 mixto, junto a Antía Jácome. Un año más tarde dio empezó a compartir canoa con el balear Joan Antoni Moreno (24 años), con quien ganó el Mundial sub 23. Con el paso a la categoría absoluta llegó su mayor éxito, la plata en la Copa del Mundo de Szeged y la clasificación para los Juegos, donde han confirmado que serán una de las grandes apuestas del deporte español para Los Ángeles 28. Poco después le llegó el turno a los cuatro fantásticos de la piragua. Craviotto, Arévalo, Cooper y Germade volvían a dar la talla en los Juegos Olímpicos con un segundo bronce. Los medallistas de plata en Tokio bajan un escalón en el podio después de enfrentarse a una de sus carreras más difíciles, ante una competencia feroz que no se lo puso nada fácil. Estaba Alemania, actual campeona del mundo. Pero también Australia, que en las series y las semifinales batió por dos veces el récord olímpico; y la tapada, Serbia. Los españoles salieron por la calle 7 y enseguida alcanzaron la primera posición. A mitad de carrera pasaron con 16 centésimas sobre los alemanes, que aún guardaban un cambio de ritmo en su kayak. A España también la superó Australia, que hizo unos cien metros finales para quedarse a cuatro centésimas del oro. Para Craviotto, en la proa del barco, no es una medalla más. Se trata de su sexto podio olímpico, con lo que deshace la igualdad que mantenía con David Cal y se convierte en el deportista español con más medallas de la historia. El K4 culmina con este nuevo podio el trabajo que comenzó a fraguarse en 2017, justo después de los Juegos de Río. Han sido casi ocho años juntos en el que se han sucedido los éxitos internacionales para cuatro palistas que se complementan a la perfección. Con estos dos bronces, el piragüismo iguala con la vela como el deporte más exitoso de España en los Juegos Olímpicos. Ambos suman 22 medallas. En la tercera final del día, el K4 500 femenino, formado por Sara Ouzande, Estefanía Fernández, Carolina García y Teresa Portela, terminó en sexta posición, sin opciones de medalla en una regata dominada por Nueva Zelanda, que se llevó el oro por delante de Alemania y Hungría.