McKenna: seguridad y poderío en lo físico, dudas en lo defensivo
El central escocés es la apuesta de Las Palmas para reforzar la zaga. Llega libre procedente del Nottingham Forest, equipo en el que ha estado desde 2020 y que lo cedió la pasada temporada al Copenhague. Desde el club confían en que el zaguero británico sea capaz de suplir el hueco que ha quedado en la defensa amarilla tras la salida de Saúl Coco.
La UD Las Palmas, tras una revolución en la plantilla en este verano, afrontaba la recta final del mercado estival con dos refuerzos pendientes. El primero, un centrocampista de corte defensivo que sepa anclar al equipo y dar la seguridad que precisa la medular parea en el sistema de Luis Carrión. El segundo, un central contundente en lo físico para suplir la baja de Saúl Coco, traspasado hace unas semanas al Torino. A falta por conocerse el nombre para el mediocampista, la escuadra grancanaria ya tiene a su central. Se trata del británico Scott McKenna, que aterriza en la isla tras haber acabado su ciclo en el Nottingham Forest.
Jugador conocido en el panorama internacional
El apellido de McKenna puede resultar conocido para aquellos aficionados más puestos en el fútbol internacional. El central, con diferentes grados de participación, lleva siendo un fijo en las convocatorias de Escocia desde que debutara con la absoluta en 2018. Sin ir más lejos, el jugador entró en la lista para disputar la Eurocopa de este año y participó en los tres partidos que su selección jugó en la fase de grupos (aunque solo fue titular en el último). Alguno también lo recordará por haber sido titular en la eliminatoria de octavos de Champions League de la pasada temporada, donde se enfrentó al Manchester City.
Y es que, aunque lleve perteneciendo al Nottingham Forest desde 2020, Scott McKenna fue cedido en el pasado mercado invernal al Copenhague. Su nula participación en el equipo inglés (sus últimos minutos en la Premier fueron en septiembre 2023) hizo que se le buscara acomodo para acabar la temporada a sabiendas que todo estaba encaminado a su no renovación. En una competición con mucha menos exigencia y teniendo un rol más importante el escocés logró revalorizarse, aunque ni él ni su equipo lograron alcanzar los objetivos deportivos. El gigante danés, que aspiraba a su tercer campeonato consecutivo, se tuvo que conformar con la tercera plaza tras acabar fase por el título por detrás del Midtjylland (equipo al que pertenecía Sory Kaba cuando lo fichó la UD) y Brøndby.
La importancia del esquema en el rendimiento de McKenna
Quizás antes de analizar en profundidad su perfil y su último periplo por tierras nórdicas sea interesante repasar su trayectoria y las expectativas que habían depositadas en él. Llegó a los doce años a la cantera del Aberdeen, probablemente el equipo más destacado de Escocia si borramos del mapa a Celtic y Rangers. Su progresión fue interesante pero no la de una estrella en ciernes, donde quizás no apuntaba demasiado alto. Con 19 años se le cede durante 6 meses a Ayr United, que en aquel entonces jugaba en la tercera categoría de su país. Cumplió con creces y a la temporada siguiente debuta con el primer equipo del Aberdeen, aunque ni mucho menos se gana el puesto. Vuelve a salir cedido, estaba vez un paso más adelante, a la Championship escocesa, donde apenas juega en el Alloa Athletic.
Como su primer préstamo al Ayr United había sido positivo, el ascenso de este equipo a la Championship hizo que se concretara nuevamente una cesión. Aquí sí que McKenna tiene regularidad y sus actuaciones, pese al descenso del equipo, hicieron que el Aberdeen le diera una oportunidad en el primer equipo la campaña siguiente. Y aquí es donde el central explota. En muchas ocasiones, a estas edades tempranas, si no estás tocado por una varita la diferencia entre una carrera exitosa y otra que se estanca se encuentra en aprovechar la oportunidad que se te brinda en el momento adecuado.
Es por ello que la temporada 2017/18, de infausto recuerdo para el aficionado amarillo, fue la que confirmó a Scott McKenna como un nombre a tener en cuenta. ¿Cuál fue la oportunidad? El entrenador del Aberdeen en aquel entonces, Derek McInnes, cambió el esquema del equipo. Como el 4-4-2 por el que había apostado en un principio no le estaba funcionando, cambió el dibujo al 3-5-2 y para implantarlo le hacía falta otro central. El elegido fue McKenna y la apuesta sale bien. En los tres primeros encuentros con la nueva formación, el equipo gana y además consigue dejar la portería a cero. Aquí empieza la explosión del futbolista.
Es importante remarcar que las mejores campañas de Scott McKenna (con la excepción de estos últimos meses en Dinamarca) han llegado dentro del marco de las defensas con tres centrales. Pasó en su temporada de explosión con el Aberdeen, pasó cuando fue pieza importante en el Nottingham Forest y ha pasado cuando ha sido internacional con Escocia. Este planteamiento, que dista muchísimo de la forma que tiene Luis Carrión de enfocar sus partidos, hace que los defensores de su perfil estén más protegidos, que tengan más ayudas y que en caso de error o de ser superado, haya muy cerca otro zaguero para solventar el problema.
El salto al fútbol inglés
La siguientes dos temporadas en Aberdeen fueron la de su confirmación como uno de los centrales más prometedores de su país. Se hace indiscutible en el equipo y empiezan a llegar las convocatorias para ser internacional absoluto. McKenna ya había sido llamado a filas con solo 16 años tras su primera cesión al Ayr United para jugar en el combinado sub-19. Con 20 años volvió a ser convocado, esta vez para la sub-21. Y al año siguiente, tras su primera gran temporada en la Premiership llegó su estreno con la absoluta. Fue en un duelo amistoso en 2018 ante Costa Rica (un partido donde también fue titular Oli McBurnie). Desde entonces, 37 encuentros disputados, donde destacan las convocatorias para las dos últimas Eurocopas.
Es a finales de la temporada 19/20 cuando entra en acción el Nottingham Forest. El equipo inglés, que llevaba muchas temporadas estancado en la Championship, había sufrido el varapalo de haberse quedado fuera de los play-off de ascenso a la Premier en la última jornada. Un final de curso muy doloroso, pues los Tricky Trees habían estado en puestos promoción durante todo el año. Pero la senda a seguir para llegar a la mejor liga del mundo era esa. El equipo hace un lavado de cara en la plantilla y acude al mercado para fichar a un central. Aquí se aprovecha de la situación de McKenna, que llevaba ya varias temporadas a un buen nivel en Aberdeen pero que no había renovado y el verano de 2020 era la última oportunidad donde el equipo podía sacar una venta provechosa. El fichaje se acabó concretando por algo más de tres millones de euros.
La primera temporada de McKenna en Nottingham tuvo una sensación agridulce. Cuando estuvo disponible tuvo actuaciones digamos regulares, haciéndose un hueco rápidamente en el once. Sin embargo, tuvo que enfrentarse a dos lesiones que le hicieron perderse una veintena de partidos. Prácticamente media temporada sin jugar. Para colmo, la temporada del Forest estaba siendo desastrosa, muy lejos de los puestos de arriba (acabó la temporada en decimocuarta posición). Añadir que la primera toma de contacto del central en tierras inglesas fue con la misma formación que la que pretende instaurar Carrión, el famoso 4-2-3-1.
El ascenso del Nottingham y el año de su consagración
Sin embargo, ya habíamos advertido que las mejores temporadas de Scott McKenna habían sido en un esquema de tres centrales. Para la siguiente temporada, el nuevo técnico del Nottingham Forest, Steve Cooper, apostó por una formación de ese estilo y la temporada del escocés fue brillante. Sin problemas con las lesiones, McKenna lo jugó prácticamente todo, siendo titular en 45 de las 46 jornadas de la Championship. Fue uno de los mejores defensores de la categoría y una de las piezas claves en el gran año de su equipo. El Forest acabó la temporada en cuarta posición y ascendió en Wembley tras vencer en la final al Huddersfield Town.
Es aquí, con el ascenso del Nottingham Forest a la Premier League, donde podemos situar el pico más alto de rendimiento de Scott McKenna. De aquí en adelante el jugador va a estancarse y a caer en picado hasta su cesión al Copenhague. En primer lugar por las lesiones, que volvieron a ser importantes (trece partidos se perdió en su debut en Premier debido a dos lesiones en el muslo y en el hombro). En segundo lugar porque el nivel lógicamente aumentó en gran medida. Y sobre todo porque poco a poco el Nottingham empezó a abandonar el sistema que le había dado el ascenso, lo cual lo dejó más desprotegido. Lo analizaremos más adelante pero quedémonos con la premisa de que no es el jugador más adecuado para defender en campo abierto y con muchos metros a sus espaldas.
Nuno Espirito Santo terminó por sentenciar a McKenna a comienzos de esta última temporada. Empezó siendo titular pero desapareció tras la quinta jornada tras no convencer al míster con sus actuaciones. Se le condenó al ostracismo, sin ni siquiera entrar a las convocatorias. Volvió a jugar en enero en una eliminatoria de FA Cup, aunque más que por motivos deportivos su regreso al campo encajaba más con la necesidad del Forest de colocarlo en el mercado. Se intentó facilitar su salida en forma de traspaso, con equipos como el Rangers interesados en repatriarlo. Sin embargo, lo que mas convenció al jugador fue la propuesta del Copenhague. Se le aseguraba un rol titular y la oportunidad, aunque solo fueran dos partidos, de jugar los octavos de Champions.
Carencias en lo técnico que suple el físico
El Nottingham Forest no percibió nada por este préstamo a final de la temporada no iba a recibir dinero por un traspaso ya que terminaba contrato, pero se dio por buena esta operación. Desde tierras inglesas apuntaban a que el jugador estaba más que amortizado, que Nuno había pedido aligerar la plantilla (que en enero de 2024 era de 33 jugadores) y que no era plato de buen gusto dejar en la grada a un jugador tan importante en la conquista del ascenso.
Ahora sí que llegamos a lo último, la cesión de McKenna al Copenhague. Se hizo oficial el último día del mercado invernal, y debutó a mediados de febrero, con la reanudación del campeonato. De los 17 partidos que jugó el cuadro danés hasta el final de temporada, el escocés fue titular en 14. Con un sistema de cuatro defensores (y no de cinco, que es donde se siente más cómodo) pero ante rivales de menor entidad, esta última mitad de temporada del británico la podemos calificar de positiva en lo individual pero no tanto en lo deportivo. El Copenhague se quedó lejos de pelear el título y se jugó sus aspiraciones europeas en un agónico play off final. De haberlo perdido, el gigante danés ni siquiera se hubiera metido en Conference League. Finalmente lo consiguió ganar (2-1 al Randers) en un partido donde McKenna no jugó.
El perfil de central de Scott McKenna es fundamentalmente físico. Un defensa alto, excepcional en el juego áreo y muy seguro cuando la pelota va por el aire. Un portento físico que destaca por su contundencia. Incidir una vez más en lo bien que va por arriba porque es su principal virtud. Desde la UD entienden que tras la salida de Coco era necesario un defensor que sea muy capaz por arriba dado que esa no es la mayor especialidad ni de Mika Mármol ni de Álex Suárez.
Pero hasta ahí llegan las similitudes entre McKenna y Saúl Coco. El conejero destacaba también por su velocidad y potencia, sintiéndose muy cómodo jugando adelantado. Coco era ganador de duelos cuando la pelota estaba en suelo y su repliegue ayudaba muchísimo al equipo. El escocés es todo lo contrario. Jugador que se siente más incómodo a medida que se aleja del área propia y que desde luego no tiene la velocidad y la aceleración de su predecesor.
Los riesgos y beneficios de jugar con McKenna en el sistema de Carrión
Sí ganamos en lo que se refiere a los inicios de jugada. Siendo un jugador digamos tosco, tiene unos números muy buenos en lo que se refiere a pases cortos, pases hacia delante y sobre todo desplazamientos al último tercio del campo. Recordemos que con Luis Carrión el equipo pretende ser más directo e incisivo en sus ataques y McKenna en ese sentido sí que se ajusta a lo que pide el míster. Segundo central en Dinamarca en precisión de pases, en pases hacia adelante y pases al tercio ofensivo del campo lo han convertido en un defensor que ha mejorado sus prestaciones con balón.
Las dudas llegan en los momentos de ida y vuelta que parece que van a tener los partidos de la UD esta temporada. Ya durante la pretemporada se ha visto que uno de los riesgos de este planteamiento son los espacios que se dejan atrás y lo mal que puede acabar cualquier situación donde el rival pueda contragolpear. McKenna no es ganador nato de duelos con el balón en suelo y sobre todo no es rápido, así que en transiciones lo puede pasar realmente mal.
A priori, el esquema de Carrión no es desconocido para él, dado que el 4-2-3-1 fue un esquema recurrente en el Nottingham Forest. Repetimos que no es el mejor contexto para él pero en su última estancia en Dinamarca ya consiguió destacar sin tener a otros dos centrales que le cubrieran las espaldas. Desde la UD entienden que este año no se va a defender danto con balón como en la etapa con Pimi y que habrá muchas fases donde el equipo sea sometido y esté embotellado. Ahí sí que haría falta la figura de McKenna, sólido en el área y con la contundencia que en ciertas ocasiones nos ha faltado.
Quedará por ver su rol en el equipo. Si la pareja elegida es la conformada por Álex Suárez y Mika Mármol, McKenna tendría un rol secundario, algo que se antojaría extraño viendo su bagaje y valor de mercado. Si fuera titular, lo previsible es que compartiera zaga con Mika, teniendo en el campo dos centrales zurdos. Algo muy extraño de ver en el fútbol actual y, aunque plausible, apenas tiene precedentes en la UD. La última opción, la mejor para explotar las cualidades del jugador, sería la de cambiar el esquema y jugar con tres centrales (Álex-McKenna-Mika). Aunque Carrión ha usado muy puntualmente formaciones de ese tipo, no sería lógico cambiar todos los automatismos que se vienen ensayando y preparando para la nueva temporada por un solo jugador.
En resumen, Las Palmas ficha a un jugador que no ha tenido un rendimiento óptimo en la élite y que se quedó estancado después de haber sido importante en la Segunda División Inglesa. Su experiencia en una Liga menor como es la danesa ha servido para que el futbolista se reencontrase en el campo y que demostrara que aún tiene hueco en la primera línea. Fichaje con ventajas y serios inconvenientes dentro de lo que plantea el nuevo entrenador pero al que habrá ver cómo es su adaptación al equipo antes de sacar cualquier conclusión definitiva.
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