Stephen Curry desactiva a Francia y Estados Unidos suma su quinto oro seguido (87-98)
Estados Unidos vuelve a ser campeón olímpico. Como en Pekín, como en Londres, como en Río y como en Tokio. En París llegó el quinto oro seguido. La diferencia con los cuatro títulos anteriores es que los mayores apuros, más que nunca eso sí, los experimentó en la semifinal. Serbia llevó al límite al "USA Team" como no pudo hacerlo Francia. Y eso que los anfitriones estuvieron todo el partido a una distancia razonable, pero nunca hicieron temblar de verdad a LeBron y compañía como sí hicieron los de Pesic. Francia compitió, pero los norteamericanos estuvieron bastante más centrados que ante los balcánicos 48 horas antes. Francia acabó dónde debía. Disputó la final, la cuarta que jugaba, la peleó y terminó subido al segundo lugar del podio
Francia cumplió buena parte de los planes con los que llegó a la final para competir. El partido fue muy FIBA. No hubo estampidas, posesiones fugaces, intercambio de golpes, perdidas que alimentasen a los norteamericanos... a Estados Unidos le costó adaptarse, pero fue entendiendo la final de forma progresiva. Y estuvo bastante más centrado atrás que ante Serbia. No permitió que Francia se viniese arriba como sucedió con los balcánicos y eso que Wembanyama se mostró muy activo de salida. Vicent Collet tiró de pizarra muy pronto. Planteó defensas zonales, apostó porque Wemby y Gobert coincidieran en cancha, incluso añadió a Yabusele en un quinteto y Francia fue capaz de contener las pérdidas, pero... a los anfitriones les pesó su falta de acierto exterior. El raquítico 3/16 después de dos cuartos era el principal motivo porque mediada la final Estados Unidos dominaba.
El "USA Team" se topó con una selección que le miraba a los ojos físicamente. Y a esa consistencia tuvieron que adaptarse los americanos. Cuando se dedicaron a jugar y se olvidaron de unos árbitros más neutrales que lo de costumbre llegó la primera escapada. Fue a golpe de triples en el segundo cuarto y con muchos jugadores acertando desde fuera. Steve Kerr tuvo más argumentos que los tres clásicos (Curry, James y Durant) que resolvieron la semifinal. Y la respuesta de Francia casi siempre llegó por Yabusele, pero "Les Bleus" necesitaban más.
Y se encontraron con que ese plus llegó de Estados Unidos con un ataque muy compensado. Entre la infinidad de peligros de los NBA ese factor es uno de los más desequilibrantes. Porque siguieron anotando de tres, buscaron penetraciones y la defensa se la siguieron tomando en serio. Curry no había enloquecido todavía como en la semifinal con sus nueve triples, pero engrasó la muñeca y Francia empezó a sentir que los problemas crecían (47-61). La reacción de los galos llegó cuando fueron capaces de disimular el agujero negro que tenían en ataque: el triple. El primero de De Colo y dos de Fournier obligaron a Estados Unidos a seguir sudando (66-72).
Los detalles, un triple de Durant, otro de Holiday y los errores desde el tiro libre, estabilizaron la diferencia en la decena de puntos. Y Francia cada vez estaba más acuciada por el reloj. Steve Kerr apostó por adornar el talento con defensa para estabilizar la diferencia y dificultar cada acción de los locales. Pero Francia no se rindió. Collet, como durante muchos minutos, entregó el equipo a De Colo. Neuronas contra físico. Y la fórmula sirvió para que Francia llegará a los últimos tres minutos con los USA a la vista (79-82). Curry dijo ¿si? Y anotó cuatro triples para sofocar la revolución y saber qué se sentía al ser por primera vez campeón olímpico.
87. Francia (15+26+25+21): Ntilikina (0), Cordinier (0), Batum (5), Yabusele (20) y Wembanyama (26) –quinteto titular– Fournier (8), Gobert (2), Lessort (5), Coulibaly (6), De Colo (12), Strazel (3) y Albicy (0).
98. Estados Unidos (20+29+23+26): Curry (24), Booker (15), Durant (15), James (14) y Embiid (4) -quinteto titular- Davies (8), Edwards (8), Tatum (2), Holiday (6) y Adebayo (2).
Árbitros: Conde (Esp), Anaya (Pan) y Liszka (Pol). Sin eliminados. Técnica al banquillo de Estados Unidos.
Incidencias: 12.500 espectadores en el Arena Bercy. Partido correspondiente a la final olímpica.