Unas maniobras militares añaden más presión al acuerdo con Gibraltar
Mientras el acuerdo con Gibraltar para definir la nueva relación con la UE tras el Brexit continúa en «stand by», la Marina de Reino Unido –«Royal Navy»– realizó en el arranque de esta semana unas maniobras militares en las aguas cercanas a Gibraltar. En concreto, las llevó a cabo en una espacio que está en disputa con España donde además se está construyendo un mega proyecto urbanístico en el punto de mira por su posible ilegalidad.
Tres embarcaciones de la «Royal Navy» llevaron a cabo estos ejercicios de alta velocidad y disparos de fogueo. Algo sorprendente porque se produjeron frente a uno de los lugares con mayor número de turistas durante la época estival. Según recoge el medio local «Europa Sur», se trata de los ejercicios (Surface Excercise, SURFEX) que la «Royal Navy» realiza cada cierto tiempo en este área frente a la costa de La Línea.
Se da la casualidad de que este ejercicio se está efectuando donde las autoridades locales de Gibraltar anunciaron en octubre de 2022 la firma de otro megaproyecto urbanístico que ganará terreno al mar incumpliendo el Tratado de Utrecht por el que España cedió la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas, pero no así el istmo que une el Peñón con la Península ni las aguas territoriales. En este sentido, estas maniobras se están ejecutando en el mismo espacio en que se está construyendo el megacomplejo que contempla la edificación de cien viviendas, 400 puestos de amarres para pequeños botes y un aparcamiento, entre otras actuaciones en la mencionada zona. Asimismo, este proyecto incluirá un puerto deportivo con espacio para megayates y una promoción inmobiliaria de alta gama.
La coincidencia de los ejercicios militares con los trabajos de construcción se entiende como una provocación a la soberanía española. Este desafío a la soberanía, de hecho, echa más leña a la negociación, que se ha convertido en una suerte de historia interminable. El acuerdo, que regulará la futura relación entre Gibraltar y España, no llega y continúa atascado pese a las constantes declaraciones de buenas intenciones del Ejecutivo español respecto a su materialización. Son ya cuatro años de negociaciones y 18 rondas de contactos entre Bruselas y Londres para construir esa nueva relación en un territorio que 30.000 personas cruzan a diario. Entre ellos, 15.000 trabajadores, de los cuales 10.000 son españoles de una zona como la del Campo de Gibraltar, donde la tasa de paro es una de las mayores del país.
En las negociaciones se habla de «una zona de prosperidad compartida», un eufemismo para evitar hablar de la soberanía sobre la colonia británica y que, al fin y al cabo, ha resurgido en los últimos días a raíz de los cánticos protagonizados por los jugadores de la selección española masculina de fútbol durante la celebración de la victoria en la Eurocopa. «Gibraltar español», reclamaron antes miles de aficionados que se unieron al unísono a la reclamación. No en vano, la soberanía ha marcado el contexto de los últimos 300 años. Con más o menos ímpetu a lo largo de estos siglos España ha tratado en varias ocasiones de recuperar el territorio, bien mediante acciones militares, medidas de presión o diplomacia internacional. Si bien es cierto que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha pasado de puntillas sobre este aspecto, la realidad es que los británicos han ido añadiendo terreno a su colonia, llegando a construir un aeropuerto y a ampliar su presencia, ganando espacio frente a la frontera española.