Los 2.300 voluntarios, las instalaciones y toda la ciudad de Barcelona, en especial su puerto, está lista para acoger desde este jueves, día 22, la 37 edición de la Copa América de Vela que se prolongará hasta el mes de octubre. Hace dos años nadie daba ni un céntimo por la candidatura, dada la situación política y socieconómica, pero los empresarios de la asociación Barcelona Global convencieron a las instituciones para recuperar el espíritu olímpico de la colaboración público y privada. Y lograron enamorar a Grant Dalton, CEO del Emirates Team New Zealand y America's Cup Events, que siente que juega en casa. De hecho, si vence el equipo neozelandés, Dalton ya ha adelantado que volverá a organizar la próxima edición en Barcelona, un extremo que también baraja el equipo suizo, ya que una de las cosas que hace único al trofeo deportivo más antiguo del mundo es que el defensor establece las reglas porque no hay ninguna federación internacional organizadora y así se puede tomar decisiones muy rápidamente. Y una de esas grandes decisiones fue elegir la ciudad de Barcelona, celebra Dalton. Las inversiones para acoger la Copa América no son de la envergadura de la organización de unos Juegos Olímpicos o un Mundial de Fútbol, al no llegar a los 200 millones de euros, pero con la excusa de acoger esta competición, las instituciones, en especial el puerto de Barcelona, han adelantado muchas obras previstas para la transformación del litoral barcelonés, que ha ampliado y mejorado las instalaciones portuarias para que el público pueda seguir la competición. Las actuaciones emprendidas contrarrestan el cliché de elitista que tiene la vela, ya que se abren espacios gratuitamente a la ciudadanía durante todo el evento. Precisamente la conexión con la gente será sin duda lo mejor de esta regata. Buena prueba de ello ha sido el éxito de las primeras jornadas de puertas abiertas del puerto barcelonés, al superar todas las expectativas con una masiva participación de 30.000 personas en solo un fin de semana. Una experiencia que con el lema «Adéntrate en el puerto», va a repetirse, dadas las peticiones para conocer de primera mano la infraestructura portuaria. También la iniciativa privada ha impulsado la apertura de restaurantes, miradores, beach clubs y todo tipo de servicios orientados a los visitantes náuticos. Un evento de las características de la Copa América también ha servido para generar un microclima de innovación en Barcelona, al convertirse en un vector de cambio para todos los involucrados, empezando por la tecnología náutica de los equipos, pero también para el sector de la denominada economía azul, al servir la competición como «sandbox» (entorno de pruebas). Por ejemplo, el puerto barcelonés ha dispuesto un espacio de tinglados denominado BlueTechPort para que se establezcan startups relacionadas con la economía del mar, no solo vinculadas al sector portuario, logístico y de turismo azul, sino también de los ámbitos relacionados con la robótica submarina, la inteligencia artificial aplicada al medio marino, la recuperación de la biodiversidad del mar o componentes farmacéuticos hechos a base de productos marinos. Por parte del ayuntamiento barcelonés, se ha invertido 12 millones de euros en fomentar la economía azul, en la que trabajan más de 15.800 personas en un sector que supone el 4,3 por ciento del PIB de la ciudad, que acoge la Copa América como un desafío más tras haber ya demostrado su capacidad para eventos de gran nivel y repercusión internacional. El impacto económico que ya ha empezado a dejar la competición, con los equipos viviendo con sus familias en Barcelona, algunos desde casi dos años, aumentará exponencialmente a partir de esta semana, ya que se espera la visita de 2,5 millones de personas, en su mayoría aficionados náuticos, que generarán un impacto económico de 1.115 millones, según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra. Las instituciones afirman que por cada euro que se va a invertir en esta competición, se recuperarán 6,35 de beneficio. En lo referente al empleo, se crearán 19.000 puestos de trabajo, pero también es importante el legado que dejará la competición en las infraestructuras y el espacio público. El puerto de Barcelona ha realizado una importante transformando y también se ha renovado el Puerto Olímpico, construido en 1992, y se han recuperado 20.000 metros cuadrados para reconectar la ciudad con el mar, apostando por la gastronomía como punta de lanza del desarrollo económico y social, de manera que la Copa América se ha convertido en una palanca de crecimiento para Barcelona. Miguel de Cervantes dejó escrito hace 400 años en el Quijote: «Hermosa Barcelona, joya del mar, refugio de extranjeros, hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades». Inspirada en esas palabras, la campaña emprendida por Turismo de Barcelona en los países participantes en la regata está presidida por el lema «Barcelona, anfitriona por naturaleza», con el objetivo de remarcar el carácter abierto, hospitalario y cosmopolita que caracteriza a la ciudad como anfitriona de grandes eventos. Además, la Copa América es un evento pionero en sostenibilidad por su apuesta medioambiental, como demuestra el bus náutico eléctrico que transporta pasajeros desde el monumento de Colón hasta los muelles a mar abierto. La competición también destaca por otros dos valores que defiende, como son la igualdad y la juventud. De ahí que por primera vez se celebrará una competición femenina en este evento deportivo internacional y otra de jóvenes, en la que España contará con representación de un equipo, algo que tampoco había sucedido anteriormente. La Conferencia del Decenio de los Océanos organizada por la Unesco en la capital catalana en el mes de abril concluyó con la denominada Declaración de Barcelona en la que se pide a los países que defiendan los mares frente a la contaminación y el calentamiento, e implanten prácticas que eviten la sobrepesca.
