El inminente acuerdo de Ilkay Gündogan con el Manchester City un año después de llegar y la cesión casi cerrada con el Betis para que Vitor Roque juegue en el Villamarín la próxima temporada, tras haber pagado 30 millones de euros para que aterrizara este pasado mes de enero, ponen de manifiesto la deriva deportiva hacia la que camina el Barcelona, sumido en una improvisada política de fichajes. Deco, en el cargo desde el 23 de agosto de 2023 , ha tardado un año en cargarse el legado de Mateu Alemany dando salida a cinco de las seis últimas llegadas cerradas por el ejecutivo mallorquín, un hecho que ejemplifica la falta de un rumbo claro en la institución. Sin margen económico y cerrando fichajes 'low cost' , Alemany consiguió reforzar las posiciones que Xavi consideraba más débiles. Gündogan e Iñigo Martínez llegaron con la carta de libertad; Oriol Romeu previo pago de 3,4 millones al Girona; Joao Cancelo y Joao Félix cedidos; y Vitor Roque durante el mercado de invierno, ya como Deco como máximo responsable . Actualmente solo sigue el central de Ondarroa, una medida que está causando cierto estupor en el entorno del club catalán, sobre todo atendiendo a la calidad de Gündogan y al nulo beneficio que dejará en las arcas del club . El alemán se incorporó gratis y se comprometió por dos años más otro opcional. Un fichaje festejado por club y afición por la calidad del futbolista, que acababa de levantar la Champions como capitán del City. La llegada de Hansi Flick y la incorporación de Dani Olmo le empujan a la suplencia, argumento esgrimido por Deco para justificar la salida del centrocampista y liberar masa salarial (Gündogan firmó por 15 millones de euros anuales). El Barcelona le ha concedido ahora la carta de libertad y Guardiola ha celebrado su regreso por todo lo alto. De todas formas, la marcha del alemán no permite aún alcanzar la regla 1:1 , que habilitaría al club azulgrana a fichar con normalidad. Al director deportivo no le salen los números y necesita más salidas porque aún no puede ni siquiera inscribir a Dani Olmo. Tampoco siguen los Joaos, cedidos durante la pasada temporada. Ni Cancelo ni Félix dieron el resultado esperado, pero Laporta fue taxativo hace unos meses al asegurar que quería que ambos se quedaran en el equipo. La imposibilidad del Barcelona de pagar un traspaso por ellos les llevó a buscar alternativas. Joao Félix firmó esta semana con el Chelsea , que abonó 50 millones al Atlético de Madrid. Y Cancelo está cerca de marcharse al Al-Hilal, que pagaría 35 millones al City. Aunque el Barcelona aún no ha descartado la posibilidad de contratar al portugués, la oferta del club árabe minimiza mucho sus opciones a pesar de los intentos que pueda hacer su agente, Jorge Mendes , artífice de que el pasado año se vistiera de azulgrana. Tampoco sigue Oriol Romeu , un futbolista que ha regresado al Girona. Se buscaba un mediocentro que pudiera rendir al nivel de Busquets. Xavi quería a Zubimendi o a Kimmich, pero tuvo que conformase con el jugador de Ulldecona, por el que se pagó 3,4 millones. Romeu llega a Montilivi en calidad de cedido y lo hace sin una opción de compra. El tarraconense acaba contrato con el equipo culé en el 2026. Además, aún está por saber quién se hará cargo de su ficha. La salida de Vitor Roque medio año después de su llegada escenifica el ridículo y genera ciertas suspicacias sobre los motivos de su llegada. El club azulgrana pagó un sobrecoste por incorporarlo seis meses antes de que acabara la temporada. La apuesta por él fue de Deco y Xavi confirmó su rechazo otorgándole un protagonismo residual. El Barcelona pagó 30 millones al Atlético Paranaense y acordó otros 31 en variables que no tendrá que hacer efectivos porque no se están cumpliendo (jugar más del 50 por ciento de los partidos, quedar finalista en el trofeo The Best o ganar el Balón de Oro). Ahora lo cederá al Betis y se hará cargo de parte de su ficha. Nadie quiere pagar un traspaso que amortice lo que abonó el Barça ni a cumplir con el sueldo que tiene el brasileño. Solo el Sporting de Lisboa estuvo dispuesto a pujar por sus servicios pero el propio futbolista lo descarto, decantándose por el Betis y Deco transigió. Iñigo Martínez es el único superviviente, que además, tiene el visto bueno de Hansi Flick. Alemany aprovechó que acababa contrato con el Athletic para firmarlo a coste cero. El Barça pudo inscribirlo esta semana pasada pocas horas antes de que se disputara el partido ante el Valencia en Mestalla . De todas formas, con Koundé, Christensen, Cubarsí y Araujo (el uruguayo está lesionado) en nómina habrá que ver cuál es el rol del central vasco. La política de fichajes es un mal endémico del club azulgrana, acuciado por una grave situación económica que Joan Laporta no ha sabido solucionar. Es la única explicación para justificar que desde la llegada del abogado catalán a la presidencia no se haya encontrado la estabilidad deportiva, más allá de haber tenido tres entrenadores desde que ganara las elecciones en marzo de 2021: Koeman, Xavi Hernández y ahora Hansi Flick. Las últimas tres temporadas bajo el mandato de Laporta se han fichado 24 futbolistas, de los que únicamente siguen ocho, aunque podrían quedarse en seis. En la temporada 21-22 Laporta dio el visto bueno a la llegada de diez jugadores : Ferran Torres, Emerson Royal, Yusuf Demir, Aubameyang, Memphis Depay, el Kun Agüero, Eric García, Luuk de Jong, Adama Traoré y Dani Alves. De ellos, en la actual plantilla están Ferran y Eric García , aunque este último podría salir antes del cierre del mercado, como ya sucedió el año pasado, que fue cedido al Girona. En la 22-23 se contrató a Raphinha, Koundé, Lewandowski, Christensen, Pablo Torre, Kessié, Bellerín y Marcos Alonso. Los tres últimos ya no están y el futuro de Pablo Torre es incierto. La realidad es que el Barça navega sin un rumbo fijo . Lleva tiempo sobreviviendo y actuando según las oportunidades del mercado y no por sus necesidades. Lo sucedido con Gündogan es el claro reflejo de todo ello.