Más de 20.000 sillares de granito perfectamente colocados, sin argamasa ni cemento que ahí se siguen sosteniendo con los achaques de la edad, pero en pie, para dar forma a 167 arcos que en su parte más alta se elevan hasta los 28 metro s. Son la prueba más evidente de que hace 2.000 años los romanos no sólo pasaron, sino que se quedaron en Segovia. Su legado, el Acueducto, la magna obra de ingeniería construida para llevar el agua desde la sierra de Guadarrama al centro de la ciudad, salvando pendientes y más de 15 kilómetros de distancia. Más recientemente, en 1974, Segovia se hermanaba con Roma, y una Loba Capitolina a los pies del monumento Patrimonio de la Humanidad, lo recuerda. Justo medio siglo después, mirando a ese pasado siempre presente, la ciudad estrena estos días como un reclamo turístico más y también pensando para los segovianos, su primer mercado romano. Lo hace precisamente en el entorno de su seña de identidad. 'Segovia, decus Romae' reúne hasta el domingo a más de un centenar de puestos de artesanía, alimentación y restauración repartidos por la plaza de Día Sanz, el Azoguejo, la calle Teodosio el Grande y Fernán García, justo el entorno más turístico del Acueducto. 'Segovia, orgullo de Roma' . Un espacio «distinto, nunca antes utilizado para eventos de esta naturaleza» y para cuya ubicación desde el Ayuntamiento «hemos sido exquisitos en el cuidado del Acueducto», destacó ayer el alcalde de la capital, José Mazarías , en la inauguración. Una novedosa iniciativa cita, organizada por el Ayuntamiento a través del área de Turismo, dirigido tanto a segovianos como visitantes y pensada «para disfrutar en familia», subrayó Mazarías. Además de los puestos del propio mercado, también hay demostraciones de oficios de la época tales como cestería, confección de fuentes de cerámica, figuras de madera o henna. Y para más pequeños, 'Segovia, decus Romae' cuenta con un espacio denominado 'Rincón infantil' con atracciones ecológicas, cuentacuentos y títeres. Pero no sólo de artesanía, alimentación o restauración vive este mercado, que también cuenta con ambientación musical y teatral. Así, dos compañías itinerantes interpretan música en directo con instrumentos antiguos para retrotraer más al visitante a ese pasado romano. Malabares, teatro de la mano de cinco compañías que, además de poner en escena sus propios espectáculos, interactúan entre ellas aportando «mayor dinamismo a la animación» también hacen que estos días el Acueducto sea más romano que nunca en los últimos siglos. Eso sí, como bien Patrimonio de la Humanidad que es y para contribuir a su conservación, un equipo de voluntarios se encarga de ofrecer información con las normas básicas de cuidado del monumento: fotos, sí, pero nada de subirse a sus sillares de granito, ni apoyar enseres sobre ellos ni dejar basura en las juntas. El mercado estará abierto de 11.00 a 14.00 horas y de 18.00 a 23.00 horas, excepto el domingo, que clausurará a las 22.00. Además, también, dentro la programación que se estrena este año están previstas conferencias para ahondar más sobre el bimilenario monumento y la época de Trajano en la que se levantó, así como visita al desarenador y al azud.