Mujeres en el mercado laboral
En los últimos dos años, el porcentaje de personas que dejaron de buscar empleo ha promediado el 43 %, muy superior al 38 % registrado antes de la pandemia. En números absolutos, el dato se elevó de 1,4 millones a 1,8 millones de personas que, por diversos motivos, deciden no incorporarse al mercado de trabajo.
El aumento, de 400.000 individuos, responde principalmente a dos factores: un 33 % decidió abandonar el mercado para atender obligaciones familiares y cerca del 28 %, por estar en edad avanzada y buscar la jubilación.
El primer grupo debe analizarse con detalle, puesto que el 97 % de los que salieron del mercado de trabajo por obligaciones familiares son mujeres.
Históricamente, las mujeres han tenido menos probabilidades de emplearse que los hombres. Por una parte, porque las que lo buscan han tenido menos oportunidades que sus pares masculinos de encontrarlo (mayor desempleo) y, por otra, debido a que permanecen en sus hogares para atender las responsabilidades familiares en mayor medida.
Como resultado, antes del 2020 solo el 42 % de las mujeres en edad laboral tenían un empleo, pero hoy el dato se ubica en el 39 %. Al mismo tiempo, la tasa de no participación creció del 50 % al 55 % entre el 2020 y el 2024, y es más alto en el caso de las jefas de hogar con hijos (un 60 %) y las mujeres que no han concluido la educación secundaria (un 68 %).
El trabajo no remunerado, como el cuidado de niños, es una de las principales barreras que limitan la participación de las mujeres en el mercado laboral, y son cerca de 500.000 las afectadas por este motivo.
Existen tres alternativas para reducir o balancear esta carga: la corresponsabilidad familiar, soluciones privadas y programas sociales, tales como subsidios gubernamentales y expansión de las redes de cuidado.
El denominado dividendo de género, que se refiere al potencial de aumentar la fuerza laboral femenina para contrarrestar el envejecimiento poblacional, depende en gran medida de políticas públicas eficaces.
Para lograrlo, es esencial cerrar las amplias brechas salariales y combatir la discriminación en el mercado laboral ofreciendo a las mujeres mayores y mejores oportunidades de empleo. Solo así es posible incrementar su participación en la economía y su contribución al desarrollo del país.
El autor es economista.