52 falsedades y contando
La administración Chaves Robles sufre un agudo síndrome obsesivo compulsivo que no solo compromete su capacidad para infundir confianza, sino que acrecienta las dudas sobre sus intenciones.
Una minuciosa revisión elaborada por La Nación determinó que el presidente Rodrigo Chaves y algunos de sus principales colaboradores han dicho, al menos, 52 falsedades en lo que va de este período.
En el inventario, publicado en la Revista Dominical, aparecen todo tipo de imprecisiones, sesgos, tergiversaciones, invenciones y aseveraciones sin fundamento que confirman la gravedad del trastorno.
Chaves cumple hoy 838 días en Zapote. Usando simples matemáticas, a partir de los hallazgos del informe periodístico se puede señalar que este gobierno incurre en una afirmación falsa, al menos, cada 16 días.
En otras palabras, no se trata de una conducta esporádica o accidental. Más bien, parece ser una rutina totalmente planificada y ejecutada con el objetivo de confundir a las audiencias desprevenidas.
Dicho comportamiento ha sido recurrente desde los albores de este mandato. Recordemos que el propio día del traspaso de poderes, el presidente simuló la firma de un decreto inexistente sobre vacunación.
A partir de ahí, las faltas a la verdad han sido la constante en cuestiones como el hospital de Cartago, Parque Viva, listas de espera, Ciudad Gobierno, el “megacaso” de evasión, escáneres, ley jaguar, la marcha LGTBI y otros más.
Tal parece que esta es la receta elegida para fabricar conflictos y distraer a la opinión pública, porque en el fondo se carece de visión, de soluciones y de logros medibles para cambiar la estrategia de comunicación.
Esta narrativa me recuerda, de alguna manera, la frase utilizada por el nazismo para difundir su nefasta doctrina: “Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá”.
Varias décadas después, en plena era de las redes sociales, las falsedades han resurgido como una herramienta de manipulación. De ahí la importancia de desenmascararlas y de visibilizarlas.
No parece que esta administración esté dispuesta a dejar su estrategia enfermiza. Posiblemente, el conteo de falsedades seguirá creciendo. Esto nos obligará, como sociedad, a seguir filtrando sus mensajes con mucha cautela y malicia.
El autor es jefe de información de La Nación.