Guerra de espías en el corazón del conflicto entre Israel y el sur del Líbano
En un comunicado la organización político terrorista Hizbulá ha confirmado que su ataque sin precedentes contra Israel -ha confirmado el lanzamiento de 320 cohetes en unas horas- se produce como venganza al asesinato el pasado 30 de julio, de Fouad Chokr, uno de los más altos comandantes militares del grupo. Desde que se produjo esta operación selectiva una pregunta rondaba a la comunidad chií y a su principal partido: ¿cómo obtuvieron los israelíes su localización, en los suburbios del sur de Beirut, cuando sólo lo sabía un número muy reducido de personas?
La lista de operaciones encubiertas de Israel en el sur del Líbano es larga y se ha ampliado desde los salvajes atentados de Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre. De los cerca de 400 combatientes de Hizbulá que han muerto desde el 8O, más que durante la guerra de julio de 2006, más de veinte son «comandantes», importantes dirigentes políticos y militares, muertos en ataques dirigidos específicamente contra ellos, con drones suicidas, misiles o artefactos explosivos.
En enero, uno de los comandantes de la unidad de élite al-Radwan de Hezbolá, Wissam Tawil, murió por un ataque israelí contra su vehículo en el sur de Líbano recoge "Le Figaro". Luego, dos de los tres oficiales a cargo de la región, Mohammed Nasser y Taleb Abdallah, murieron en circunstancias similares. «La pérdida de estos combatientes es un golpe moral para la resistencia. Pero la resistencia ha demostrado en el pasado su capacidad para recuperarse y renovar sus cuadros», afirma a la cabecera francesa el diputado moderado Jamil al-Sayyed, general retirado y ex director de la Seguridad General libanesa.
Este general retirado atribuye la efectividad de las operaciones encubiertas de Israel en el sur del Libano a su es «innegable superioridad tecnológica, que además llevan años recopilando información sobre Líbano y Hizbulá».
Cell 8200
Cell 8200, la unidad de inteligencia de las FDI, es una maestra en interceptar llamadas telefónicas mediante reconocimiento de voz, hackear dispositivos conectados y vigilar las redes sociales. La débil infraestructura de las comunicaciones en el Líbano, un país al borde del colapso económico, facilita a los israelíes la intercepción de las comunicaciones. Incluso informes de inteligencia sugieren que la red clandestina de Hizbulá habría sido hackeada por el Ejército israelí.
Los analistas de defensa creen que este pirateo está detrás de varios asesinatos recientes, entre ellos el de Fouad Chokr, según "The Wall Street Journal", que se basa en fuentes de Hizbulá. El comandante recibió una llamada a las líneas internas del partido mientras estaba en su despacho de la segunda planta, en la que se le decía que subiera a su casa, en la séptima planta, un piso más fácil de atacar, según publicó el diario estadounidense. Sin embargo, esta información ha sido desmentida formalmente por el partido chií.
Israel siempre ha tenido un acceso relativamente fácil a Líbano debido a la naturaleza del país, políticamente dividido y ahora económicamente debilitado. Como Hizbulá tiene varios niveles de burocracia, existen muchas oportunidades para la infiltración israelí.