El buque quedó a deber
El llamado buque insignia del deporte cubano zarpó de la Isla sin su tripulación llena, por segunda ocasión consecutiva. Arribó a París y allí lanzó el ancla temporalmente. Más de una medalla de oro le pronosticaban diferentes especialistas al boxeo antillano en los pasados Juegos Olímpicos, efectuados en la capital francesa, y en el caso de la prestigiosa revista Sports Illustrated vaticinó dos títulos de Julio César La Cruz y Arlen López y un par de preseas de plata para Erislandy Álvarez y Saidel Horta.
Terminado el certamen en la urbe parisina, esas cábalas y el pronóstico de medallas del cuerpo técnico dirigido por Rolando Acebal no se cumplieron. En definitiva, el cienfueguero Álvarez (63.5 kg) fue el único monarca y Arlen (80 kg) finalizó tercero, mientras el espirituano Alejandro Claro (51 kg) perdió en su segundo combate y La Cruz (92 kg) y Horta (57 kg) no pasaron de las presentaciones iniciales.
Grosso modo: una corona y un metal de bronce fue la contribución del boxeo al medallero general de la delegación insular en París. En la historia del pugilismo olímpico, Cuba, que ha dominado siete ediciones, solamente había registrado una vez un desempeño pobre de dos preseas y fue hace 56 años, en Ciudad de México 1968, donde Enrique Regüeiferos y Rolando Garbey concluyeron subcampeones.
Sobre esta reciente actuación se refirió en un encuentro con la prensa Alberto Puig de la Barca, presidente de la Federación Cubana de la disciplina. Declaró que no se hicieron realidad las expectativas llevadas a los Juegos Olímpicos, a pesar de haberse efectuado una preparación muy buena, quizá superior a la de otras versiones bajo los cinco aros. Añadió que los boxeadores clasificados permanecieron cerca de dos meses en el extranjero, entrenando y haciendo sparrings con algunos de los mejores equipos del mundo.
«Participamos con dos tipos de atletas. Dos boxeadores con amplia experiencia y tres jóvenes que acudieron por primera vez a un evento de este nivel, con un promedio de edad de 22 años. Todos concursaron en excelente forma deportiva. Por otra parte, el trabajo de los jueces realmente no fue lo que esperábamos. Todas las peleas que perdieron nuestros boxeadores fueron por 2-3. Incluso, el combate de Erislandy quedó 3-2 —se refiere al que ganó el
cienfueguero en la final—, cuando se vio una superioridad desde el primer asalto», dijo el federativo.
Afirmó que el cienfueguero Horta concursó con pronóstico de medalla de bronce, según los criterios de sus entrenadores, pero la inexperiencia lo llevó a cambiarle el rumbo a su enfrentamiento en el segundo asalto, luego de un primer round muy bueno. Eso, en definitiva, repercutió en su fracaso.
Puig apuntó que de la Escuela Cubana de Boxeo intervinieron 17 entrenadores por otras naciones y consiguieron 20 preseas. «Cuando se ve a un pugilista de Uzbekistán, se ve el estilo de nuestra Escuela. Igual pasa con las boxeadoras chinas, que conquistaron tres títulos bajo las órdenes de uno de los mejores profesores que ha tenido este deporte en nuestro país. De los 17 preparadores, 11 pertenecieron al equipo nacional de mayores o al conjunto juvenil, y dos fueron jefes de colectivos».
De los cinco boxeadores que pelearon en la pasada cita estival, Erislandy, Julio César, Arlen y Saidel, junto a los multimedallistas olímpicos Roniel Iglesias y Lázaro Álvarez, intervendrán hoy en la Noche de Campeones —con sede en la habanera Ciudad Deportiva—, cartelera boxística de carácter profesional que se incluye entre las actividades realizadas por Cuba para festejar el Día Internacional del Boxeo, que se celebra cada 27 de agosto como homenaje a la primera versión del Campeonato Mundial de esta disciplina, efectuado hace cinco décadas en la Ciudad Deportiva.