¿Deben ser optimistas?
Sobre Paseo de la Reforma, casi enfrente del ‘Ángel de la Independencia’, hay una casa construida por un italiano probablemente hace unos 150 años.
Cuando la construyeron, estaba rodeada de campos agrícolas que en esos días bordeaban el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Es muy simbólica, pues ya existía en los días del Porfiriato; trascendió la guerra de la Revolución y hoy sigue de pie y retando rascacielos que le proveen de sombra.
En los días más fríos y bravos de 2009, cuando el dólar había brincado de nueve, a 15 pesos en cuestión de cuatro meses, conversé una tarde en el balcón de esa casa con Don Antonio Del Valle Ruiz, quien ya había fundado y perdido un banco y en esos días era el principal accionista de otro nuevo grupo financiero que hoy administra su familia.
Terminábamos una entrevista periodística en la que hablamos también de la tremenda caída de valor en las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores, cuyo índice se desplomó 35 por ciento en el mismo plazo, como consecuencia de la crisis financiera importada de los excesos de Wall Street. Sus propias compañías perdían valor aceleradamente.
¿Piensa usted salir de México? Le pregunté en corto. ¡Qué va, si México es el mejor país del mundo, hombre!, me respondió de inmediato mirando hacia la avenida más famosa de este país. Su banco Ve Por Más hoy continúa en el mercado y él se dedica a nutrir de arte su museo Kaluz.
La frase Del Valle se cinceló en mi memoria y la recordé como producto de un capítulo del podcast ‘No Mercy, No Malice’, de Scott Galloway, que escuché ayer. Este millonario inversionista y profesor de la NYU es usualmente cínico e irreverente, pero este audio lo dedicó, atípicamente, al optimismo.
Su país, Estados Unidos, enfrenta una etapa de retos para su futuro. Está dividido en dos bloques, como en los días previos a su histórica Guerra Civil.
Las elecciones presidenciales están cercanas y Galloway, que se inclina por Kamala Harris, cree que puede ganar, pero entiende la dificultad de vencer al republicano Donald Trump y el pesimismo que la sociedad pinta sobre cualquier resultado. Muchos nubarrones en el horizonte. De ahí que él también citó una anécdota que aquí resumo:
A principios del siglo XX, el banquero J.P. Morgan era el hombre más poderoso de Wall Street. En aquellos días, las finanzas todavía eran el Salvaje Oeste, en gran parte desreguladas y propensas a ciclos de auge y caída mucho más violentos que todo lo que vemos hoy.
Poco después de uno de esos cuasi accidentes, el ‘Pánico de 1907′, un viejo amigo suyo de Chicago llegó de visita a Nueva York. El amigo era muy cauto, de los que el mercado denomina un ‘oso permanente’: sin importar lo que pasara, su análisis siempre era pesimista.
Como de costumbre, él y Morgan se pusieron a hablar sobre los mercados. Y como de costumbre, el amigo de Morgan vio malos augurios en cada indicador, mientras que Morgan solo vio oportunidades de comprar empresas o sus acciones.
Finalmente, salieron a almorzar y mientras caminaban por Broadway, el amigo de Morgan admiraba los imponentes rascacielos que empezaban a definir el paisaje urbano de Manhattan. Impresionado, reconoció que no había nada parecido en Chicago. Morgan se detuvo y se volvió hacia su amigo. “Lo curioso de estos rascacielos”, le dijo, “¡es que ni uno solo fue construido por un oso!”.
Sobre México hoy se posan nubarrones como aquellos que algunos advirtieron después de las elecciones de 2018. Pero hoy el tipo de cambio del peso frente al dólar es similar al del verano de 2018. El IPC de la Bolsa no da motivos de fiesta, pero no se desplomó y está ligeramente por arriba del nivel de hace seis años. El salario mínimo aumentó 220 por ciento.
No me malinterpreten. He escrito antes que sí es necesario cambiar el Poder Judicial. Pero la propuesta de debilitar la figura del amparo o “ayuda” al ciudadano, entre otras medidas contempladas en la reforma judicial, brinda motivos de preocupación y señales de abuso de confianza contra el pueblo, por parte de un presidente que quizás asume que solo él sabe de leyes.
Luce a contracorriente proponer una visión optimista, pero ojo, esa reforma no ha sido aprobada y aún si avanza, hay razón en buscar oportunidades en un ambiente de total incertidumbre. No será la primera vez que algunos destaquen cuando hay juego nuevo.