Juan Gabriel en la intimidad: su casa reabre como museo
Alberto Aguilera Valadez, conocido artísticamente como Juan Gabriel, fue uno de los mayores compositores que ha conocido México y, en general, América Latina. Ocho años después de su muerte a causa de un infarto, el 28 de agosto de 2016, en Santa Mónica (California), su figura parece más viva que nunca. Incluso Mattel, entendiendo su trascendencia cultural, ha querido sumarse en este aniversario lanzando una muñeca Barbie inspirada en el llamado Divo de Juárez.
Se trata de una pieza de colección con uno de los trajes típicos del cantante: pantalón, top y una torera con detalles en dorado, igual que el que vistió en el icónico concierto en Bellas Artes en 1990, considerado un clásico para la cultura mexicana.
El peinado de esta Barbie también emula el ondulado natural que tenía el artista y el color negro de su cabello. Aunque no se venden, en su promoción la muñeca fue retratada con un conjunto de mariachis hechos con muñecos Ken.
Aparte de este peculiar homenaje, los admiradores de Juan Gabriel podrán rendirle tributo a partir de ahora en su casa particular, que ha reabierto como un museo inmersivo en Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos. Allí está la urna que contiene sus cenizas.
El museo es parte de un complejo que incluye la sala inmersiva, el recorrido por la casa donde pueden apreciarse los detalles del estilo de vida del cantautor y, para octubre, tendrá una tienda de souvenirs y un restaurante. "Estamos emocionados por recibir a los fans en este proyecto que ya lleva más de 20 años en desarrollo, desde que se le presentó la primera idea a don Alberto (nombre natal del cantante) en 2005. Él siempre estuvo entusiasmado con la idea de crear un museo en su casa", ha declarado Felipe Rojas, comisario y director del proyecto.
El recorrido de dos horas por el complejo comienza en la sala, donde se proyectan algunos de los momentos más emotivos de sus conciertos. Ahí mismo se encuentra una réplica de un camerino, justo como él los pedía para sus presentaciones.
"Él era un ser muy místico, seguía mucho la filosofía oriental, en su camerino siempre tenía frutas, siempre había un extractor de jugos (zumos) porque tomaba jugos verdes, siempre quemaba clavo antes de sus conciertos para limpiar el ambiente", describió Leticia Solares, coordinadora de prensa del museo.
Una parte de la pantalla de la sala inmersiva se mueve y descubre un pasadizo a una sala adjunta en el sótano de la casa, donde se exhiben sus vestuarios favoritos, como el que usó en el último concierto. Además, hay carteles de las presentaciones de sus inicios y muchos premios, entre los que figuran Grammys y Heraldos.
El recorrido principal, el de la casa, inicia en el recibidor, rehabilitado con todos los detalles que a él le gustaban de la vivienda construida hace poco más de 80 años. Los cielos de las habitaciones están decorados con molduras de yeso que incluyen figuras de ángeles y animales míticos.
El museo acercará aún más a los mexicanos la entrañable figura de su compatriota y la profundidad de su música, elevada a la altura del mítico Pedro Infante (1917-1957), según personalidades de la talla de la Premio Cervantes de Literatura 2013, Elena Poniatowska, y el historiador Enrique Krauze.