Centro electoral en Arizona calma inquietudes por posibles fraudes
Phoenix. Un grupo de mujeres republicanas camina entre vallas de hierro y alambre de púas. Recorren, bajo el sol, un edificio del condado de Maricopa, en el estado de Arizona. No es una prisión, sino un centro de votación para las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Fuera de la sala donde se contarán los votos por la demócrata Kamala Harris o el republicano Donald Trump el 5 de noviembre, Stephen Richer, registrador del condado, saluda a las integrantes de Mujeres Republicanas Ahwatukee. Esta es una organización de base en este estado clave del suroeste. Las mujeres firman una planilla y se acomodan en sillas plegables.
“Habrá mucha presión sobre Arizona porque podríamos decidir el destino del mundo libre en noviembre”, les dice Richer. “Sé que por eso habrá muchas preguntas”, añade este funcionario republicano.
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En Maricopa, gran parte de la preparación para las elecciones se centra en aumentar la seguridad de los espacios físicos. Esto responde a la alta tensión política y la desinformación que rodearon los comicios anteriores. Pero estos funcionarios también buscan ganarse el corazón de los votantes.
La oficina de Richer hizo más de 100 visitas a las instalaciones de tabulación de votos del condado desde que fue elegido en 2020. Esto ocurrió justo antes de que una ola de desinformación, que cuestionaba la victoria del presidente demócrata Joe Biden, derivara en una violenta invasión al Congreso de Estados Unidos el 6 de enero de 2021. Una multitud de simpatizantes del republicano Donald Trump protagonizó ese ataque.
Arizona, donde Trump perdió por unos 10.000 votos en la elección pasada, fue el epicentro de las teorías de conspiración sobre votos perdidos y recolección ilegal de sufragios, muchas de las cuales esta agencia analizó y desmintió.
Durante la visita, una mujer le pregunta a Richer sobre el caso de un vecino que recibió por correo dos boletas destinadas a alguien que no había vivido allí en años. Otra se refiere a personas muertas que aparecen como si hubiesen votado.
“Eso no debería suceder”, asegura Richer, al explicar que el condado trabaja con agencias federales y estatales para mantener actualizado el padrón electoral y remitir posibles casos penales al fiscal general.
“No debería suceder, pero sucede”, subraya otra de las asistentes.
Guardias armados y SWAT
Después de que la cadena Fox News anunciara en 2020 que Biden ganó en Arizona, el fundador de la red conservadora InfoWars, Alex Jones, y una multitud de manifestantes armados se presentaron frente al centro electoral de Maricopa. Coreaban “arresten a Joe Biden” y “cuenten los votos legales”.
El condado comenzó a reforzar la seguridad antes de las elecciones de mitad de mandato de 2022. En esas elecciones, la candidata republicana a gobernadora, Kari Lake, se negó a reconocer su derrota a pesar de que varias auditorías confirmaron la victoria de la demócrata Katie Hobbs.
Por ello, se modernizaron las cámaras de vigilancia, aumentó la cantidad de guardias armados y se reemplazaron las puertas de áreas seguras, según una lista oficial de mejoras.
En colaboración con la Oficina del Sheriff del Condado de Maricopa, el centro electoral también cuenta con efectivos del grupo táctico SWAT en el techo y “patrullas continuas en el edificio, incluidos agentes a caballo”.
Tras ingresar con su credencial a un corredor calificado como “área segura”, Richer muestra cada paso del proceso de recuento de votos. Desde el enorme almacén donde se reciben las papeletas hasta la sala donde se tabulan.
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“Todos los años tendremos miles y miles de boletas cuyas firmas no podremos verificar. Esas no serán procesadas”, señala Richer en un área adornada con afiches que muestran cómo los funcionarios examinan los votos enviados por correo.
En la “Gran Sala” fluorescente, donde se procesan los sufragios, explica cómo se almacenan las papeletas y se elimina la identificación de los sobres para salvaguardar el secreto del voto.
Ni siquiera Richer puede acceder a esa área ni a la sala de tabulación, que apareció de manera destacada en videos conspirativos sobre los comicios de 2020 y 2022. Ese espacio no está conectado a Internet y los funcionarios autorizados deben someterse a revisión de sus pertenencias antes de ingresar.
En el recorrido, una mujer pregunta por las “urnas sin supervisión”, haciéndose eco de otra teoría conspirativa ya desmentida, que llevó a militantes armados a vigilar los lugares de votación en 2022.
“Solo tenemos dos urnas al aire libre en el condado de Maricopa y ambas están bajo vigilancia por video, por lo que puede verlas en nuestro sitio web”, responde Richer.
Por eso, los funcionarios de Maricopa esperan que abrir el centro electoral a los votantes antes de la contienda de noviembre que enfrentará a Trump con Harris ayude a apaciguar los ánimos y a brindar confianza general.