Hong Kong encaja un nuevo golpe a la libertad de prensa tras el veredicto a los editores de Stand News
El medio de noticias prodemocrático hongkonés Stand News y dos antiguos redactores jefe fueron declarados culpables de sedición el jueves, marcando la primera condena de este tipo en la ciudad semiautónoma desde la transferencia de soberanía a China en 1997. Este controvertido veredicto se inscribe en un contexto de creciente represión en la antigua colonia británica, donde críticos al régimen han sido encarcelados o han huido al exilio tras las masivas protestas antigubernamentales de 2019. La decisión judicial no solo intensifica la presión sobre la libertad de prensa, sino que también refleja un endurecimiento del control del gobierno chino sobre la disidencia en la región.
El Tribunal de Distrito de Hong Kong declaró a Chung Pui-kuen y Lam Shiu-tung, dos antiguos redactores jefe de Stand News, así como a su empresa matriz, Best Pencil Limited, culpables de [[LINK:INTERNO|||Article|||65f9f547bc03b0e449042828|||conspirar para publicar y reproducir material «sedicioso»]], unas sentencias que les acarreará una pena máxima de dos años de prisión.
La decisión judicial ha provocado una ola de condenas por parte de la comunidad internacional, organizaciones de derechos humanos, quienes advierten que esta acción no solo silencia a una de las pocas voces críticas en el territorio, sino que también sienta un precedente peligroso para el futuro del periodismo independiente en la excolonia británica.
Por su parte a Unión Europea hizo un llamamiento a las autoridades hongkonesas para que «restablezcan la confianza en la libertad de prensa y dejen de perseguir a los periodistas», según un comunicado del alto representante comunitario de Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, que agregó que «la preservación de unos medios de comunicación libres, independientes y pluralistas es vital para unas sociedades resistentes y sanas».
Desde la implementación de la controvertida Ley de Seguridad Nacional en 2020, en respuesta a las masivas protestas prodemocráticas que sacudieron el centro financiero, la región ha sufrido un drástico deterioro en los índices de libertad de expresión. Según el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2023 de Reporteros Sin Fronteras (RSF), el territorio semiautónomo cayó al puesto 140, una brusca caída desde el puesto 18 que ocupaba hace dos décadas. Por su parte, China se situó en el puesto 179 de 180 países y territorios evaluados.
Los organismos de vigilancia internacional han documentado una serie de acciones represivas, que incluyen el arresto de periodistas, allanamientos en redacciones y el cierre de al menos diez medios de comunicación, entre ellos Apple Daily, Stand News o Citizen News. En la actualidad, tan solo sobreviven unos pocos canales de noticias que se limitan a ofrecer una cobertura informativa estricta, evitando en gran medida la publicación de artículos de opinión. Este panorama resalta el creciente control del gobierno sobre la información y el alarmante retroceso en el derecho a expresarse, transformando cada vez más la región en un entorno hostil para el periodismo independiente.
Por otra parte, tras implementar la Ordenanza de la Salvaguarda de Seguridad Nacional el pasado 22 de marzo, se ha generado un efecto intimidante mayor en los libreros, bibliotecarios o editores de la ciudad, que han expresado temores sobre los títulos que pueden ofrecer. En el Articulo 23 figuran una serie de crímenes que podrían acarrear una pena máxima de cadena perpetua, entre ellos la traición, insurrección, o incitación a un miembro de las fuerzas armadas chinas a amotinarse con el fin de poner en peligro la seguridad nacional.
La reforma ha generado también un intenso debate y ha sido objeto de críticas por parte de gobiernos democráticos que prevén el comienzo de una «nueva era de autoritarismo» que podría socavar el principio de «un país, dos sistemas» que ha sido fundamental para la autonomía de la ciudad.