Los ultras del Nuremberg le dan una brutal paliza a un futbolista de su equipo por ponerse la camiseta del Bayern

Vestir una camiseta de otro equipo de fútbol al que no estás ligado también es un deporte, pero de alto riesgo . Le ha salido caro al jugador del Nuremberg, Niklas-Wilson Sommer , posar para sus redes sociales con una camiseta retro del Bayern , club que mantiene una larga rivalidad con el cuadro en el que milita actualmente. Esta fotografía no sentó nada bien a los ultras de su equipo , quienes le han propiciado una brutal paliza a raíz de la imagen. El lateral derecho, que cuenta con un millón de seguidores en Instagram, compartió la inocente fotografía sin conocer las consecuencias que habría por ello. En la madrugada del sábado al domingo, los hinchas radicales le asaltaron a base de golpes y puñetazos por las calles de la ciudad germana. Todas estas magulladuras las ha mostrado en mencionada red social a través de un vídeo . A raíz de los insultos recibidos y la agresión, el futbolista borró la foto y pidió disculpas por ello. Con el vídeo en el que daba a conocer las lesiones provocadas por los hinchas, Sommer aprovechó para agradecer el apoyo recibido con un texto en el que señalaba que se encontraba bien. El club teutón en el que actualmente juega también salió en su defensa , con un comunicado en el que sentencia que nunca aceptará que los jugadores «sean atacados físicamente». «El club condena enérgicamente este comportamiento. Esto es absolutamente incompatible con los valores del FCN », reza el comunicado, que también da a conocer que el asunto ya está en manos de la policía. El malestar con el lateral derecho venía de antes . El sábado, un día antes de la paliza, el Nuremberg, que milita en la segunda categoría del fútbol alemán, perdió el partido en su feudo al endosarle cuatro goles el Magdeburgo. Los aficionados locales portaron pancartas en los que se podía leer ' Niklas Wilson, apestas, como el Bayern ' y 'Wilson, vete a la mierda, cerdo del Bayern '. Parece que el malestar de la hinchada no se quedó en las gradas y dieron un paso más allá llegando a las manos.