Martes de oro
Ella y él llegaron a París siendo campeones paralímpicos y se irán siéndolo. Omara Durand aterrizó con ocho títulos en su cuello y Robiel Yankiel Sol con uno. En las manos de ambos iba la bandera nacional que este martes ondeó plena, orgullosa, tras los oros ganados por ellos, que no fueron los únicos de un martes histórico para el deporte cubano.
Omara reina desde Londres 2012, Robiel Yankiel empezó su liderazgo en Tokio 2020. Ella va diciendo adiós a las pistas; él, a sus 21 años, tiene un mundo por delante para seguir dando brincos de oro.
Este martes, bajo lluvia en el imponente Estadio de Francia, Omara dominó los 400 metros planos en la categoría T12 con crono de 53.59 segundos. Su noveno cetro paralímpico. Quitemos las etiquetas: ¿alguien exhibe mayores méritos que ella para merecer el título de mejor deportista cubana de todos los tiempos?
Robiel Yankiel fue un sol en la Ciudad de la Luz. Brilló con esas energías que encantan gradas e impulsan sus piernas. Con registro de 7,41 metros se impuso en la categoría T47.
Y casi en la despedida del martes, al otro lado del Atlántico, se apareció el campeón mundial Guillermo Varona con su jabalina en la categoría F46 y la clavó a 66,14 metros de distancia. Con semejante parábola de su dardo, él vivió por primera vez el goce de escuchar el himno de su patria en Juegos Paralímpicos gracias a su actuación y Cuba sumó el tercer cetro en el mismo día.
Por encima de discapacidades físicas, estos deportistas tienen la especial capacidad de crecerse, se ponen metas altas, no creen en imposibles e inspiran siempre. Hoy Cuba es más feliz por contar con hijos de esa estirpe.
Robiel Yankiel. Fotos: Calixto N. Llanes, enviado especial
Guillermo Varona. Fotos: Calixto N. Llanes, enviado especial