No es un fenómeno exclusivo de Barcelona , pero sí es quizás donde el debate está más encendido. Con las cifras de nuevo en máximos –se estima que este año se puede superar la barrera de los 28 millones de visitantes alcanzado en 2019–, la ciudad ha asumido que algo debe hacerse para ordenar ese flujo, o al menos compensar de alguna forma el impacto que supone. Cómo hacer eso ya es otro debate. En el Ayuntamiento de Barcelona presidido por Jaume Collboni (PSC), aunque reniegan de las políticas turismofóbicas y de decrecimiento que lideraron los Comunes de Ada Colau, comienzan a aplicarse medidas. Entre estas, las más contundente, el cierre antes de 2028 de los alrededor de 10.000 pisos vacacionales que se estima que hay en la ciudad y, también, un nuevo incremento de la tasa turística. Para ello, y como quedó claro tras el encuentro que mantuvo ayer el alcalde con el presidente Salvador Illa se cuenta con el apoyo de la Generalitat. En este sentido, en el transcurso de la reunión, Collboni trasladó a Illa la necesidad de aumentar la fiscalidad turística a los cruceros de corta estancia, es decir, aquellos que permanecen menos de doce horas en la ciudad, desembarcan un gran número de visitantes con poco tiempo para el gasto y a los que se responsabiliza en parte de la sobrepresión y sensación de saturación en algunas zonas de Barcelona. A estos cruceristas , como a toda persona que pernocte en la ciudad, se le aplica ya una tasa de cuatro euros por noche, tal y como el pleno municipal acordó el pasado julio, situándose Barcelona en la franja alta de ciudades europeas. A esta cantidad debe sumarse el tramo autonómico. Ahora, y como sostiene Collboni, se quiere incrementar de manera sustancial esa cantidad a los cruceristas de escala. En Barcelona hicieron escala en 2023 hasta 803 cruceros con 3,5 millones de turistas a bordo. De estos, casi la mitad estuvieron menos de doce horas en la ciudad, una cifra que el gobierno municipal ve como excesiva, hasta el punto de que plantean hablar con el Puerto para reconsiderar alguna de las terminales previstas. La ciudad cuenta ahora con cinco en funcionamiento, una sexta en construcción y una séptima adjudicada. El consejero de Presidencia, tras la reunión de ayer, anunció que el Govern asume la demanda y que se incorporará en el proyecto de Presupuestos para 2025 que justo ahora comienza a negociarse. Los grupos en los que el PSC se quiere apoyar para sacarlos adelante, ERC y Comunes, siempre se han mostrado partidarios de esta medida, con lo que se da por hecho que saldrá adelante, sin descartarse que puedan acordarse más aumentos en otras zonas de Cataluña. Por otra parte, y en la misma reunión, Illa transmitió a Collboni su voluntad de mantener el decreto autonómico de regulación de los apartamentos turísticos aprobados en la anterior legislatura por ERC, y en base al cual el Ayuntamiento anunció antes del verano su intención de cerrar en 2028 todos los pisos vacacionales del municipio, que ahora representan sobre el 40% de las pernoctaciones totales de visitantes. El PP ya ha recurrido la tasa al TC y la patronal de los apartamentos turísticos Apartur , que ve en la medida una expropiación ilegal, también batallará contra una medida que creen que no se llegará a aplicar por su manifiesta ilegalidad. Al margen de las cuestiones relacionadas con el turismo, el Ayuntamiento y Generalitat reactivaron el proyecto para construir 1.700 viviendas protegidas en la capital catalana, así como medidas en materia de seguridad.