Pedro Oliva, conocido cariñosamente como 'El cabrero', se convirtió en uno de los concursantes más recordados de Gran Hermano 4 , edición que se emitió en 2002. Este funcionario zaragozano de por entonces 33 años, que también se dedicaba a la cría de cabras, cautivó a la audiencia con su sencillez, espontaneidad y carácter afable, llevándolo a ganar la cuarta edición del popular reality show . A lo largo del concurso, Pedro Oliva enfrentó numerosas nominaciones, pero siempre logró evitar la expulsión, ganándose el apoyo del público. Su victoria en Gran Hermano 4 no solo le dio una gran suma de dinero, sino que también le cambió la vida en muchos aspectos . Sin embargo, a diferencia de otros concursantes que optaron por mantenerse en el mundo de la televisión, Pedro decidió regresar a su vida habitual en Zaragoza , cuidando de sus cabras y trabajando como funcionario. El impacto económico del premio fue significativo para Pedro, pero nunca consideró dejar su empleo como auxiliar administrativo. « Sigo siendo funcionario . Cuando entré en la casa llevaba doce años y ahora más», declaró recientemente en el programa 'La vida sin filtros' de Telecinco. Durante esta entrevista, Pedro también reveló que había dejado su afición por la ganadería hace unos ocho años, cuando vendió sus ovejas para dedicarse plenamente a su trabajo administrativo. Durante su estancia en la casa de Guadalix de la Sierra, Pedro conoció a Inma González, otra concursante con la que inició una relación amorosa que duró más de 15 años. Tras salir del programa, Inma se mudó a Zaragoza para vivir con Pedro , y juntos tuvieron a su hija Paola. La pareja se casó y formó una vida tranquila lejos de los focos mediáticos. No obstante, en 2019, después de casi dos décadas juntos, Pedro e Inma decidieron poner fin a su matrimonio. Pese a la separación, la expareja mantiene una buena relación y continúa viviendo en la misma casa, aunque en habitaciones separadas, para criar a su hija. Pedro, quien aún considera a Inma como «la mujer de su vida», expresó en La vida sin filtros el cariño que le sigue teniendo a su exesposa. Aunque han pasado más de dos décadas desde su triunfo en Gran Hermano 4, Pedro Oliva sigue siendo recordado por muchos fans del reality. Su participación en Supervivientes en 2008, aunque breve, también dejó huella, protagonizando uno de los saltos desde el helicóptero más virales del programa. Sin embargo, su aventura en los Cayos Cochinos fue corta , ya que fue el segundo expulsado. Hoy en día, Pedro lleva una vida discreta y alejada de los reflectores, centrado en su trabajo como auxiliar administrativo y en su papel como padre. Pese a que la fama podría haberlo llevado por otro camino , Pedro siempre eligió la estabilidad y la normalidad, demostrando que, para él, la verdadera riqueza está en las pequeñas cosas de la vida.