El primer mensaje institucional de Salvador Illa (PSC) como presidente de la Generalitat de Cataluña con motivo de la Diada, festividad autonómica que se celebra cada 11 de septiembre, se ha alejado de los discursos de sus predecesores, especialmente de Pere Aragonès (ERC), Quim Torra (Junts) y Carles Puigdemont (CiU), que los llenaron de referencias historicistas, reivindicaciones secesionistas y hasta belicistas. El líder de los socialistas catalanes, que acaba de cumplir un mes como presidente de la Generalitat, ha apelado a «la diversidad» como una de las «fortalezas» de Cataluña, pero lo ha hecho solo en catalán. Como es habitual, la víspera de la festividad catalana, el presidente de la Generalitat se ha dirigido a los ciudadanos, en un mensaje grabado y emitido, después, por TV3. Illa ha recuperado para el escenario el Palacio de la Generalitat, tras unos años en los que Aragonès optó por 'descentralizar' el entorno del mensaje fuera de la residencia oficial, y lo ha hecho con el busto de Josep Tarradellas a su espalda, con la idea de «reivindicar» al primer presidente de la Generalitat tras la recuperación de la democracia, que se caracterizó por su capacidad de «diálogo y perseverancia», han señalado fuentes de la Presidencia. Illa ha reivindicado una Diada que debe pertenecer «a todos los catalanes» y, tras poner en valor la necesidad de mejorar los servicios públicos y una «sociedad civil dinámica», ha destacado como «fortaleza» de Cataluña su «diversidad». Una «diversidad» que, sin embargo, solo ha reivindicado en catalán, ya que no ha pronunciado ni una sola palabra en español, a pesar de que el líder socialista había hecho gala de usar también el español en muchas de sus intervenciones en el Parlament -hasta que fue elegido 'president'- y esta es lengua oficial y la mayoritaria de la población de la comunidad. «Cataluña también se ha hecho a sí misma gracias al trabajo de generaciones de personas venidas de los pueblos de España y de todo el mundo. No podemos cerrar los ojos a la realidad del fenómeno migratorio. Se trata de una emergencia global fruto de la desigualdad en el mundo y que ningún país puede resolver solo. Cataluña siempre ha sido tierra de acogida y tierra solidaria. Y ahora volverá a ser ejemplar. Ciudadanos y ciudadanas de Cataluña: todo el mundo que viene a mejorar Cataluña es catalán. Con los mismos derechos y los mismos deberes que tenemos todos nosotros», ha dicho. Tras esta referencia directa al problema migratorio, el presidente de la Generalitat ha defendido, con «optimismo» y «esperanza», que hay mucho «trabajo por hacer». En su intervención, no ha hecho una sola mención a la reforma de la financiación, pactada con ERC en su acuerdo de investidura y que está rasgando el consenso interno en el PSOE ya que supondría un concierto económico para Cataluña, es decir, que otras regiones tendrían menos recursos. Pero sí ha reiterado que «Cataluña es y ha de ser un proyecto colectivo que nos vincule a todos y a todas sin distinciones». La Diada, festividad que Vox y Cs no reivindican y el PP celebra a medio gas por el uso partidista que el nacionalismo ha hecho de la fecha, se presenta este año, uno más, con el independentismo dividido. El principal motivo es la pérdida del poder autonómico por parte del secesionismo y que Illa haya sido elegido presidente de la Generalitat con los votos de ERC, que está en un proceso interno para elegir a la nueva dirección y enfrentada, a su vez, con Junts, liderado por Puigdemont pero sin cabeza visible con autoridad política en el Parlament. Este miércoles, se espera una baja participación en las manifestaciones independentistas convocadas por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), punta de lanza del 'procés'. En esta línea de desgaste del movimiento independentista, la Agència Catalana de Notícies -pública autonómica- ha recabado, este martes, los datos de los barómetros del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat respecto a la pregunta sobre el sentimiento catalán-español de los ciudadanos de la comunidad en el periodo 2014-2024. Según han recogido algunos medios, el porcentaje de las personas que se sienten solo catalanes ha caído del 29,1% al 18%, siendo los jóvenes (entre 18 y 24 años) los que más han renegado de esta apreciación (del 29,3% al 11,4%).
