El juzgado de Instrucción número 4 de Torrejón de Ardoz ha enviado a la Audiencia Provincial de Madrid el caso del atropello múltiple en la celebración de una boda en un restaurante de esa localidad del Corredor del Henares. Micael Da Silva Montoya, el conductor, está acusado de cuatro delitos de asesinato y otros nueve de intento de asesinato. En un auto con fecha del 10 de septiembre, al que ha tenido acceso ABC, la magistrada eleva al tribunal del jurado el procedimiento, que hace referencia a la matanza que, presuntamente, capitaneó el encausado con su vehículo y con alevosía el 6 de noviembre de 2022. en el restaurante El Rancho, a las afueras del municipio. La Fiscalía solicita 226 años de prisión para el sujeto, apodado El Portugués, mientras que su defensa rebaja la calificación penal a cuatro delitos de homicidio imprudente, que apenas le valdrían cuatro años entre rejas en total, de los que ya habría cumplido casi la mitad en preventiva. En el escrito, se señala que «durante el desarrollo de la celebración de una boda entre dos jóvenes de etnia gitana, Sonia y Rubén, a la que el investigado, Micael Da Silva, acudió con sus hijos menores, E .DS. J. y A. DS. J., y con sus sobrinos, Israel Bruno Teixeira da Silva y Thiago Teixeira da Silva, a partir de las 2.40 horas, se produjo un altercado entre algunos invitados» y el acusado y varios de sus acompañantes. Se informó entonces de que la razón era una disputa motivada posiblemente por celos. Da Silva y sus parientes más cercanos fueron expulsados del convite y se inició en el exterior del local un enfrentamiento, «dirigiéndose a continuación el investigado y sus cuatro acompañantes hacia el fondo de la calle de Jaén, perpendicular a la avenida de la Constitución, donde estaba estacionado el vehículo del procesado, un Toyota Corolla Verso, que no constaba asegurado en esa fecha». Momentos después «y aprovechando el tumulto de personas congregadas a las puertas del restaurante, embistió, sorpresivamente y a gran velocidad « a 14 personas (aunque uno de ellos no ha querido denunciar los hechos). »No tuvieron margen de reacción ni posibilidad de apartarse velocidad, resultando fallecidos Consuelo Bruno Silva, Casiano Romero Bruno, Juan Manuel Romero Vargas y el menor de edad Iván Casiano Romero«. Además, dejó heridas a otras nueve personas: Ángel Jiménez Bruno, Victoria Pardo Bruno, María del Carmen Navarro Vázquez, Fernando Romero Bruno, Diego Mendoza Rodríguez, Casiano Romero Navarro, Daniel Jiménez Suárez, Antonio Jiménez Suárez y José Antonio Jiménez Bruno, algunas de ellas de gravedad«. Asimismo, resultó golpeado por el vehículo Juan Pardo Bruno, del que no consta que resultase lesionado, y que no ha formulado denuncia ni reclamación. Entre los fallecidos estaba Chano (Casiano) y su madre Consuelo, del barrio de Los Ángeles (Villaverde), familiares de los contrayentes. Los dos, abuela y tío del novio, fueron enterrados en Navalmoral de la Mata (Cáceres). Las otras víctimas del brutal atropello a manos de Micael Da Silva Montoya, Juan Manuel e Iván, este último de solo 17 años, recibieron sepultura en el cementerio de Carabanchel. En cuanto a Micael, fue arrestado esa misma madrugada por la Guardia Civil en Seseña (Toledo). También recuperaron el vehículo en la urbanización El Quiñón, en la misma localidad. En varios vídeos divulgados en redes sociales, se observa a los asistentes celebrar el enlace con total normalidad: los adultos bailan al ritmo de la música flamenca y los niños corretean. El clímax no cesará hasta pasadas las dos de la madrugada. A esa hora, Micael Da Silva, que ahora tiene 37 años, mantiene una primera discusión con el padre del novio dentro del local. Sus dos hijos y el sobrino también hablan acaloradamente con parientes del otro clan, el de los Bruno, cuya saga pervive omnipresente desde hace décadas en la Cañada Real Galiana. La tarascada inicial se traslada al exterior, donde los insultos y amenazas dejan paso a los golpes. Las botellas de cristal son usadas como armas arrojadizas y algunos de los implicados sufren las primeras heridas. Respecto al origen de la refriega, pierde fuerza la teoría de que los atacantes robaran parte de lo recaudado en la 'manzana', algo más de 3.000 euros que aparecieron tirados debajo del asiento del conductor. Un posible lío amoroso o simplemente el cortejo del sobrino a la novia tiempo atrás habrían motivado la repulsa.