Con el objetivo de inflación en la zona del euro cada vez más cerca, después de que esta marcara un 2,2% en agosto , el camino quedaba más despejado para el Banco Central Europeo (BCE) . Y el consejo de gobierno de la institución no ha dado lugar a la sorpresa con una nueva bajada de los tipos de interés oficiales de un cuarto de punto. El tipo de interés de las operaciones principales de financiación queda en el 3,65%, mientras que la facilidad marginal de crédito en el 3,9% y la facilidad de depósito en el 3,5%. Este último es el que utiliza ahora el BCE como referencia. Hasta la fecha, el tipo de las operaciones principales de financiación era el que se utilizaba como referencia principal para los tipos. Pero a partir de esta reunión se ha acometido una modificación en el tipo que utiliza como referencia, lo cual lo cambia todo. «El consejo de gobierno ha decidido reducir en 25 puntos básicos el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito, tipo de interés mediante el que guía la orientación de la política monetaria », ha indicado la institución. «Asimismo, el diferencial entre el tipo interés de las operaciones principales de financiación y el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito se situará en 15 puntos básicos. El diferencial entre el tipo de interés de la facilidad marginal de crédito y el tipo de interés aplicable a las operaciones principales de financiación se mantendrá sin cambios en 25 puntos básicos. En consecuencia, el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito se reducirá hasta el 3,50%. Los tipos de interés aplicables a las operaciones principales de financiación y a la facilidad marginal de crédito disminuirán hasta el 3,65% y el 3,90%, respectivamente», recoge el BCE. La organización ya utiliza las nuevas cifras pero aclara que «estos cambios tendrán efecto a partir del 18 de septiembre de 2024». De no haberse realizado la modificación, el tipo de operaciones principales habría sido del 4% y el marginal de crédito del 4,25%. De esta manera, la institución monetaria retoma la senda de descensos tras un pequeño parón en verano. Fue en junio cuando cambió el ciclo de tipos con la primera bajada del precio del dinero desde 2016, de 0,25 puntos. Después en julio mantuvo la prudencia que suele caracterizar al BCE, también a la espera de más datos y movimientos de otros. La Reserva Federal de Estados Unidos todavía no ha iniciado las bajadas de tipos de interés, aunque está previsto que en su reunión de septiembre ya vaya por esa misma senda. Para entonces, el BCE ya habrá acometido dos recortes en el precio del dinero, cuando habitualmente suele ser la institución americana la que lleva la delantera en las decisiones. La inflación, así, ha supuesto un alivio para las discusiones del BCE al acercarse ya mucho al objetivo del 2%. Además, el crecimiento de la zona euro permanece en positivo, aunque con evidentes signos de estancamiento, y con Alemania, la locomotora europea, dando muestras de evidente debilidad con caídas del PIB. El BCE vigila muy de cerca no solo el IPC y el crecimiento, sino también los efectos de segunda ronda de lo primero sobre los salarios. Y las expectativas en este caso son positivas. Precisamente los salarios dieron un respiro en el segundo trimestre al pasar de un crecimiento del 4,74% al 3,55%, dejando un camino llano para continuar con las bajadas de tipos. «Sobre la base de la evaluación actualizada del consejo de gobierno de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, resulta apropiado ahora dar un paso más en la moderación del grado de restricción de la política monetaria», ha indicado el BCE. Asimismo, España ha recuperado ya el voto en las reuniones del consejo del gobierno del BCE al haber nombrado jefe del Banco de España a José Luis Escrivá . El gobernador es quien acude a las citas europeas e interviene en las decisiones sobre los tipos de interés. En julio, nuestro país tuvo que enviar a la subgobernadora Margarita Delgado al estar vacante el puesto de gobernador y esta tuvo que acudir con voz pero sin voto. Esta anomalía ya ha sido subsanada al haber nombrado a Escrivá.