El Gobierno cierra filas con Sánchez
El escándalo del «caso Koldo» toca ya al Gobierno y esto ha generado un efecto en cadena. Todos a una. Hasta cuatro ministros con actos públicos comparecieron ante los medios para tratar de recolocarse y proclamar al unísono las consignas que Pedro Sánchez emitió a primera hora de la mañana desde el Vaticano. El esquema es sencillo: defender la «contundencia» con que ha actuado el partido, al exigir el acta y suspender de militancia a José Luis Ábalos; asegurar que no habrá «impunidad»: «quien la hace, la paga»; y, ya de paso, atacar al PP, asegurando que con ellos en el poder los escándalos de corrupción se encubrían a golpe de martillazo en el disco duro.
El primero en abrir fuego fue el titular de Justicia desde Bruselas, defendiendo que el Ejecutivo es «implacable» contra la corrupción y que el exministro José Luis Ábalos fue apartado del PSOE en cuanto se conoció el «caso Koldo». «La derecha lleva diez años intentando ensuciar el nombre del presidente del Gobierno, no iban a hacer una excepción con esto», zanjó Félix Bolaños. «Hoy más que nunca estoy muy orgulloso de pertenecer a un Gobierno que es, ha sido y siempre será implacable con la corrupción», insistió el ministro, quien hasta en tres ocasiones evitó responder a la pregunta de por qué en su día el Gobierno dijo que Sánchez no estaba al tanto de la llegada de la entonces vicepresidenta venezolana, cuyo nombre figuraba en la lista de personas sancionadas por la UE y tenía vetada la entrada al territorio comunitario.
En este sentido, la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, volvió a incurrir en una de las mentiras que se dijeron en su día por parte de Ábalos, aquello de que no hubo ninguna reunión con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, pese a que está demostrado –incluso documentado con fotografías– que esta sí se produjo en suelo español. La también ministra de Educación y Deporte sostuvo que «el presidente ha podido explicar la no reunión, porque no hubo ninguna reunión», y que cuando el Gobierno supo de las sanciones evitó que se produjera el encuentro e «imposibilitó su permanencia en España». «Hubo exclusivamente una parada técnica por propio descanso del personal del avión que llevaba a la vicepresidenta Delcy», manifestó.
Por su parte, el que fuera jefe de Gabinete de Sánchez y actual ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública presumió de que «hoy España tiene un Gobierno limpio y ejemplar y un presidente contundente contra la corrupción». Óscar López señaló que «es un orgullo que sea contundente contra la corrupción y esa es la diferencia con un PP que, cuando ha tenido casos de corrupción ha mirado por otro lado, ha destruido las pruebas que le pedía un juez, se ha dedicado a sembrar dudas sobre los demás en lugar de responder». «El PSOE actuó desde el minuto uno contra la corrupción con contundencia», volvió a insistir, apostillando que «si por algo fue criticado el PSOE entonces, fue por actuar pronto, demasiado pronto, dijeron algunos».
También el actual titular de Transportes, que ha llevado a cabo una auditoría en el ministerio para tratar de depurar responsabilidades, se manifestó en los mismos términos, asegurando que se deben esclarecer los hechos «caiga quien caiga». Óscar Puente restó trascendencia a la contestación que el presidente habría dado al exministro al informarle de la llegada de Rodríguez. «Es bastante estándar», dijo, para reconocer: «Yo me comunico con el presidente también por wasap». El ministro incidió en que el presidente, el Gobierno y el PSOE están «muy tranquilos» porque no tienen nada que esconder y lo único que hacen es colaborar con la justicia, respetando la presunción de inocencia de las personas. «Hemos tomado decisiones muy coherentes y consistentes con esa posición, que es caiga quien caiga», indicó el ministro, que recordó que en febrero encargó una auditoría «sin saber el resultado» y «ya algunos decían que sería para tapar cosas».