Golpazo celeste
Tras dos partidos sin triunfos, y después de atravesar días de mucho ruido y polémicas por las últimas declaraciones de Luis Suárez sobre el actual entrenador de la selección uruguaya, Marcelo Bielsa, la celeste se presentó en Lima para jugar un duelo casi que desafiante ante Perú.
Desafiante, porque este partido acarreaba demasiada carga para los futbolistas uruguayos y, sobre todo, para su propio entrenador. También, era un duelo que la afición esperaba con muchas ansias a modo de poder evaluar y sacar algunas conclusiones de lo que pasara dentro del campo de juego.
La incertidumbre sobre lo que podría ocurrir se terminó evidenciando en un golpazo de nocaut, porque Uruguay perdió 1:0 en la hora ante Perú y quedó en el debe. La celeste no pudo superar la prueba de carácter, el desafío fue condenado y la rebeldía se ausentó durante los 90 minutos.
Para este partido, de ante mano, Bielsa ponderó un equipo para ganar la posesión del juego y ser protagonista. Para ello, apostó con una línea de tres en defensa –con Manuel Ugarte como líbero-, dos carrileros, y tres mediocampistas de buen pie, más técnicos que veloces, y con buen manejo de pelota.
La presencia de Federico Valverde y Nicolás Fonseca por el eje central de los volantes, sumado a Giorgian De Arrascaeta por delante de ellos, fue una señal directa de lo que pretendía Marcelo Bielsa para este duelo. Y así sucedió.
Uruguay impuso sus condiciones en el inicio del partido. Se paró en campo rival con la pelota en su poder y la movió de un lado a otro, a su modo y a su gusto. Sin embargo, abusó del “toqueteo” en corto y le faltó profundidad.
El juego uruguayo se centralizó demasiado, e ignoró romper líneas por bandas y en ataque.
Salvo alguna trepada de Maxi Araújo por izquierda, y algún intento de contragolpe con la velocidad de Darwin Núñez, el equipo celeste, en todo el primer tiempo, pecó de ingenuo en zona ofensiva.
Perú, en tanto, cumplió a rajatabla el pedido de su entrenador uruguayo, Jorge Fossati. El equipo local esperó en su campo, casi que agazapado, y fue buen guardián de cada intento celeste. En definitiva, se mostró ordenado y bien parado.
Con su ya conocido planteo, de cinco defensores, Perú obstruyó cada avance uruguayo. Incluso, muy cada tanto, cuando se le presentó las condiciones, buscó adelantarse con algún contragolpe, pero sin mayor peligro.
El primer tiempo se fue escaso de emociones en las áreas. Tras un juego monótono de Uruguay, que tuvo la pelota, sí, pero nunca pudo avanzar con criterio ni tampoco se las ingenió para elaborar situaciones de peligro.
¿Lo positivo de Uruguay? Mantuvo a la pelota, casi siempre, lejos de su arco.
Para la segunda parte, Bielsa movió el banco de suplentes y mandó a la cancha a Facundo Pellistri por Cristian Olivera, de muy floja producción.
Perú, sorprendió a Uruguay. Al menos, se propuso a jugar el complemento con una postura más ofensiva. Salió de su zona de confort, adelantó sus líneas y buscó complicar a la defensa uruguaya, que reaccionó con vaivenes. En algunas ocasiones respondió muy firme, y en otras, mostró dudas.
Ugarte, como estandarte de la defensa uruguaya, mostró ganas e ímpetu para cortar, marcar y ordenar, pero se notó su falta de fútbol cada vez que intentó salir jugando desde el fondo.
El segundo tiempo transitó parejo pero muy desprolijo. Ninguno de los equipos se mostró lucido con pelota. Tampoco estuvieron claros a la hora de generar juego colectivo ni al momento de atacar. Todo se volvió en pases imprecisos, cortes, mucha marca y una indecisión a la hora de jugar, que se reflejó en cada intento.
Recién en los últimos 10 minutos, aparecieron los espacios y el partido se volvió de ida y vuelta. Ante cada avance de Perú, los errores defensivos de Uruguay se volvieron cada vez más notorios. Y en el final, lo evidenció.
A los 88’, cuando ya se iba el partido, Miguel Araujo cabeceó solo en el área y puso el 1:0 para Perú, que significó el delirio para el público local y un golpazo para Uruguay, que se terminó de desmoronar.
El gol recibido en la hora fue muy duro para la celeste. De nocaut. Porque después, intentó recomponerse pero todo fue a base de naturalidad y sin ideas. Finalmente, terminó abrazado a la impotencia de querer y no poder.
El pitazo final sentenció una caída muy fuerte, y casi que drástica para Uruguay. Que no solo atraviesa un mal momento futbolístico, sino que a esta derrota, se le suma toda la parte extradeportiva que se vivió en la semana. Para colmo, y como para redondear una situación preocupante, y casi que crítica, la celeste perdió contra la selección que venía última en la tabla de posiciones.
De aquí en más, Uruguay tiene mucho para corregir. Mucho para cambiar. Y mucho para analizar. Pero sobre todo, mucho para trabajar.
La celeste recibió un golpazo, de esos que duelen de verdad.
ELIMINATORIAS SUDAMERICANAS -MUNDIAL 2026-
NOVENA FECHA
PERÚ 1:0 URUGUAY
Cancha: Estadio Nacional de Lima.
Juez: Facundo Tello. Asistentes: Ezequiel Brailovsky y Gabriel Chade.
Cuarto árbitro: Yael Falcón. VAR: Germán Delfino y Nicolás Lamolina (Jueces de Argentina).
PERÚ: Pedro Gallese; Miguel Araujo, Carlos Zambrano, Luis Abram; Andy Polo, Jesús Castillo, Sergio Peña, Oliver Sonne (81′ Jean Pierre Archimbaud), Alexander Callens (70′ Piero Quispe); Edison Flores (70′ Bryan Reyna), Álex Valera (81′ Luis Ramos). Director Técnico: Jorge Fossati. Suplentes: Carlos Cáceda, Diego Romero, Aldo Corzo, Renzo Garcés, Jorge Murrugarra, José Rivera, Horacio Calcaterra, Joao Grimaldo.
URUGUAY: Sergio Rochet; Guillermo Varela, Manuel Ugarte, Santiago Bueno; Nahitan Nández (89′ Luciano Rodríguez), Federico Valverde, Nicolás Fonseca, Maximiliano Araújo; Giorgian De Arrascaeta; Cristian Olivera (46′ Facundo Pellistri), Darwin Núñez. Director Técnico: Marcelo Bielsa. Suplentes: Santiago Mele, Franco Israel, Santiago Mouriño, José Luis Rodríguez, Marcelo Saracchi, Facundo Bernal, Emiliano Martínez, Nicolás De La Cruz, Facundo Torres, Matías Abaldo.
GOL: 88′ Miguel Araujo.
Tarjetas amarillas: 83′ Nahitan Nández.