Es una tradición del 12 de octubre que a los presidentes de izquierda los reciban en el desfile con abucheos . Ayer se escuchó menos la música de viento porque la lluvia era disuasoria y porque la organización había colocado a los espectadores más lejos. Lo que quizá Sánchez no esperaba es que la bronca se la dieran dentro, en la recepción del Palacio Real, donde la presidenta de la AVT lo abordó por las bravas con el asunto de la excarcelación de presos. Al «1» se le puso ese maxilar apretado de incomodidad que tantas veces se le aprecia en el Congreso. Se zafó mal que bien del aprieto, musitó a media voz algo que sonó a «eso es... Ver Más