Existen historias empresariales que te hacen preguntarte por qué no las habías escuchado antes. Como la de la multinacional tecnológica GMV , una compañía de capital 100% español cuyo germen se gestó en un aula universitaria y que hoy es ejemplo de la soberanía tecnológica de España y Europa. GMV, que ha diversificado su actividad a diferentes ámbitos con el desarrollo de tecnología puntera, destaca en los sectores de espacio, defensa, transporte y ciberseguridad. Una empresa 'made in Spain', motivo de orgullo país, y cuyo caso de éxito podría estudiarse en cualquier escuela de negocios. A principios de los años 80, GMV sólo era un proyecto al que Juan José Martínez García daba vueltas en su despacho de la Universidad Politécnica de Madrid mientras dirigía el grupo de trabajo de la Cátedra de Mecánica de Vuelo de la Escuela de Ingenieros Aeronáuticos. Martínez García era un adelantado a su tiempo, había trabajado para la Agencia Espacial Europea (ESA) y conocía bien el entorno académico y económico y las capacidades industriales de nuestro país. Detectó la oportunidad de desarrollar un proyecto espacial y fundó una empresa con los jóvenes y brillantes estudiantes de ingeniería. Nacía GMV (Grupo de Mecánica de Vuelo), germen del actual grupo multinacional y una denominación de significado superado por el fuerte crecimiento y diversificación de la compañía. Desde sus comienzos, GMV contó con el respaldo de instituciones públicas por su importancia estratégica para el ecosistema tecnológico español. 40 años después, la compañía es uno de los tractores tecnológicos de España , con presencia en varios programas espaciales cruciales en Europa y en el mundo. Así sucedió en 2018, con la adjudicación del mayor contrato de la industria espacial española hasta esa fecha (mantenimiento y evolución del segmento de control en tierra del sistema de navegación por satélite europeo Galileo, por 250 millones de euros). Los responsables de GMV, que siempre pensaron en la excelencia como mejor camino hacia el liderazgo, supieron que el sector espacial no podía ser la única opción para ese conjunto de mentes brillantes. GMV dejó de ser una empresa espacial y, a través de la transferencia de su tecnología, comenzó a competir en otros ámbitos. Como explica Pedro Schoch, director de Desarrollo Corporativo, Marketing y Comunicación, «cuando empiezas a crecer, concentrar todo el negocio en una sola actividad puede hacer a la compañía vulnerable y dependiente de decisiones políticas o económicas, por lo que hay que estar siempre atento a nuevas oportunidades». Por ello, GMV comenzó a transferir talento y desarrollos tecnológicos a otras áreas, a nuevos sectores. El éxito de esta decisión habla por sí mismo: más allá del espacio, GMV saca músculo en áreas como defensa, siendo adjudicataria en 2023 de ocho proyectos del Fondo Europeo de Defensa (EDF); Sistemas Inteligentes de Transporte, con la adjudicación, también en 2023, de un contrato de 26 millones de dólares para mejorar la experiencia de los usuarios de transporte público en Houston, EE.UU.; o automoción, donde el grupo destaca por sus soluciones de posicionamiento para vehículos autónomos. Jesús B. Serrano, director general de GMV, apunta la importancia de la diversificación asociada a la rentabilidad, a la evolución de la compañía: «Hemos desarrollado tecnología espacial puntera que buscamos rentabilizar en otros sectores». Con ejemplos como BMW: «Querían desarrollar un sistema basado en navegación por satélite de altas prestaciones, enfocado a sus coches autónomos. Desde 2022, sus primeros coches autónomos circulan en EE. UU. con tecnología de GMV». Dichos proyectos son una pequeña muestra de un recorrido de mejoras tecnológicas que ha repercutido en la sociedad: desde la administración del Estado hasta el ciudadano, pasando por el tejido empresarial. Hay más… La compañía con sede en Tres Cantos es un gigante tecnológico cuya facturación procede en un 75% de proyectos internacionales. Con clientes en los cinco continentes , filiales en 12 países y presencia en más de 80, su insignia se imprime en proyectos tan relevantes como el programa Eurodrone, el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS), el liderazgo del consorcio TARTAGLIA (IA en los sistemas sanitarios); la seguridad del sistema de control en Tierra de los satélites Galileo de la ESA o el proyecto AgrarIA. Todo ello, al tiempo que el grupo continúa posicionándose como un firme referente en tecnología espacial, participando en varios proyectos enmarcados en la segunda generación de Galileo (G2G), la misión de defensa planetaria Hera de la Agencia Espacial Europea, o SouthPAN, iniciativa de Australia y Nueva Zelanda para proporcionar a ambos países servicios de navegación por satélite, en la que GMV juega un papel clave. En 2023, GMV adquirió la startup Alén Space, pionera en desarrollar el New Space en España y en 2024 ha ganado un gran contrato para liderar la misión de demostración en órbita LEO-PNT perteneciente a la Agencia Espacial Europea (ESA). Nada sería posible sin un equipo en búsqueda continua de una excelencia que ya vislumbró Martínez García, padre de la actual presidenta, Mónica Martínez. «Nuestra filosofía ha sido siempre contar con los mejores, que hacen que los más jóvenes quieran aprender de ellos. Se aprende con esfuerzo y con el contacto con personas, con grandes profesionales, en un ambiente enriquecedor», explica Ignacio Ramos, director corporativo de Estrategia de Personas e Infraestructuras. La búsqueda de talento tecnológico (escaso en casi toda Europa) es, como destaca Ramos, un problema de base y cuya solución pasa por repensar el sistema educativo , ya que el volumen de perfiles tecnológicos requeridos hoy por las empresas no se satisface con la oferta educativa actual. «Orientar a jóvenes hacia la tecnología desde edades tempranas podría revertir la fotografía laboral de España y Europa. Las expectativas económicas y laborales son realmente atractivas para este tipo de perfiles, pero todavía hay jóvenes que no disponen de la información suficiente», asegura. El liderazgo se logra, añade, «con personas curiosas, con iniciativa y capacidad para visualizar las tecnologías del futuro». Esas tecnologías que GMV ha ido visualizando a lo largo de su historia, que le han llevado a ser la compañía que es hoy y que le auguran un futuro apasionante, con grandes retos y cargado de posibilidades. Al menos, otros 40 años.