Fotocheck político de octubre, por Mirko Lauer
César Acuña. Primero el lujoso auto Bentley, y ahora una foto disfrazado de jeque en Abu Dabi. El gobernador intenta sugerirnos que es un hombre rico. La universidad, el partido y la alianza con el Gobierno marchan sobre ruedas. Aunque hay competencia: la universidad estatal de su región ha declarado doctor honoris causa al fallecido poeta César Vallejo. Próximo honoris, Paolo Guerrero.
Gustavo Adrianzén. Quería ser vocero de Palacio, y ahora tiene que salirles al paso a todas las protestas, con pocos argumentos y varios tropiezos. El desgaste es acelerado, sobre todo si Boluarte no tiene planeado compartir con su primer ministro el jamón de la APEC. Ojo que esa cumbre es como todas de la presidenta y su canciller. Pero hay sitio en la inauguración de Chancay.
Dina Boluarte. Rodeada de una ola de movilizaciones en noviembre, señal de que la desaprobación significa descontento. Responde a los paros con feriados. ¿Por qué mejores exportaciones no le dan más aprobación? Porque ese dinero no llega a los bolsillos de las mayorías. La idea de “terrorismo de imagen” ha lanzado despiadados reflectores sobre su estilo personal.
Vladimir Cerrón. Nunca ha habido un prófugo tan presente, cortesía del supremo gobierno. Y se le imagina a la vez dentro y fuera del país, ¡qué talento! Sus pastillas de sabiduría enlatada en Internet ya aburren a todo el mundo, pero en Perú Libre algunos consideran darle el premio Johann Sebastián Bach, por El arte de la fuga y su dominio de algunas teclas.
Keiko Fujimori. El efecto publicitario de Alberto Fujimori ya pasó. ¿Por qué su alfil Héctor Becerril se ha pasado a las filas de Acuña? No parece algo voluntario, pues un sitio en la lista del fujimorismo vale oro. No es la primera vez que Fuerza Popular hace una purga de elementos demasiado cuestionados por la opinión pública.
Juan José Santiváñez. Logró silenciar los audios. El asesor se fue. El jefe de la PNP no pudo viajar a Boston. Da la impresión de que quiere poner la casa en orden. Aunque afuera en la calle los policías se están esforzando, pero los maleantes tienen más imaginación que el mando político actual. Así el ministro no va a llegar a presidente.