LA VAQUILLA DE MUFACE
Estaba escribiendo una serie de reflexiones sobre la noticia de la próxima e inminente renovación del Concierto, que no dejaba de ser una visión, como siempre parcial y limitada del tema, cuando me llega el recado de mi viejo y entrañable amigo Dr. Ernesto Gómez Catalán de que escriba algo al respecto.
Esto me ha hecho reflexionar y de repente me ha venido a la memoria la obra del maestro García Berlanga, que disfrute en ese momento, y no me canso de ver repetida: LA VAQUILLA.
Su recuerdo me ha hecho pensar en las similitudes entre la disparatada y divertida comedia y lo que está ocurriendo en la renovación o no del Concierto.
Para empezar, me veo como el soldado-maletilla, que una vez, en las fiestas de su pueblo puso unas banderillas a algo que se movía, y que las circunstancias le ponen de “maestro”.
Desde este prisma me pongo a escribir sobre el enredo, que está suponiendo la renovación o no del Concierto.
Lo que me amarga, ciertamente, es pensar que se está hablando de algo tan trascendente como es el cuidado de la salud de casi un millón setecientos mil españoles, según los datos de ICEA a 31 de marzo de este 2.024, y esto, en verdad es algo que nos debe preocupar por encima de todo.
Al igual que en la película todos los agentes intervinientes han dejado pasar el tiempo, unos escribiendo a la novia, otros dormitando y los más activos dedicados a otros temas, que han considerado más interesantes, y probablemente así sea, excepto por lo que decía de que el cuidado de la salud de ese importante colectivo no es baladí.
Cierto, que el Sistema Sanitario en España es singular, como lo es el noble arte de la tauromaquia, del que dicho sea de paso me declaro aficionado, aunque esto me genere animadversiones. A mis haters, les diré que no han visto a Curro Romero dar un natural en las Ventas, en fin, ellos se lo pierden …
Dentro de esta singularidad el Modelo conocido como MUFACE, ha venido funcionando a satisfacción principalmente de los pacientes durante casi 50 años, demostrado con la elección de sistema, que pueden ejercitar cada año, incluso cuando desde 1.991, siendo Ministro Julián García Vargas, los concierto con las aseguradoras han sido plurianuales.
No me quiero desviar, y por eso no me resisto a analizar la situación; aquí surgen paralelismos con la película.
El primero, tras leerme detenidamente los últimos estudios que me han llegado, especialmente el de IDIS, es ver lo “hermosa” que está la vaquilla.
Según los estudios y la cifra aportada por la Ministra Portavoz, Pilar Alegría, la subida acordada en el Consejo de Ministros es de 304 millones de euros, frente a los 640, que estimaban las aseguradoras para hacer sostenible el Modelo. El reparto en dos años entiendo que también lo asumían las aseguradoras.
Ya se ve que la caldereta resultante debería llevar muchas patatas para dar de comer a toda la Compañía…
El paso al Régimen General, si aceptamos las cifras de esos estudios supondría algo mas de 890 millones de euros, asumiendo la premisa de que la asistencia que se daría es igual a la que actualmente da el SNS, en términos de promedio.
En este punto me surge el “Pepito Grillo” que me hace preguntarme que ocurrirá con los enfermos psiquiátricos crónicos ingresados, patología pendiente de abordar por el Régimen General.
Hecha esta acotación, que intuyo no es única en el aspecto operativo, para mí la cifra es ridícula si la comparamos con otras de menos impacto social, como puede ser el rescate de determinadas empresas y otros “imprevistos”, que está todos los días en la Prensa y no es objeto de este artículo, pero están en el subconsciente de la población.
Ahí surge mi primera duda técnica: ¿se van a habilitar los medios necesarios de forma inmediata para mantener los parámetros asistenciales- consultas, pruebas, intervenciones, listas de espera, etc-lo que Cicerón llamaría “caeteris paribus”, para que la integración de ese casi millón setecientas mil personas reciba la misma atención que la que los pacientes o usuarios como llaman algunos, venimos recibiendo?
¿Dado que la ubicación de este colectivo no es uniforme en todo el territorio, y las competencias son autonómicas, están preparadas las CC.AA. para asumir el reto, en medios humanos y materiales?
¿Hay prevista alguna compensación a las Comunidades en función de la mayor carga asistencial que les supondrá la no renovación del Concierto?
¿Se ha tratado esto, al menos, en el Consejo Interterritorial, o va a ocurrir como cuando José Sacristán desenfundaba la maquinilla de rapar al cero escogiendo voluntarios para ir a traerse la vaquilla?
No es objeto de este artículo entrar en dialéctica dogmática, sobre si estamos ante un privilegio de un segmento de población o no, pero se me antoja que si así fuera, lo deseable sería igualar por arriba, en lugar de tratar de eliminar esa LIBERTAD DE ELECCIÓN, con mayúsculas sí, y buscar la mayor eficiencia del Sistema en general, olvidando dogmas y valorando la mejor opción para los usuarios, que, entiendo, debe ser la principal preocupación de los distintos agentes que intervienen.
A este respecto me han surgido símiles con la película del maestro Berlanga.
Así como la figura de MUFACE me recuerda a la vaquilla, principal protagonista, pero sin poder de decisión, pese a los grandes esfuerzos que los distintos equipos gestores han realizado y el magnífico trabajo del actual, con Miriam Pallarés a la cabeza.
Las aseguradoras y el papel que han venido desempeñando me lleva a la figura del marqués, desempeñado, con su maestría habitual por Adolfo Marsillach. Pase lo que pase seguiré siendo el Marqués, quejándome de todo y de todos, sin dejar de señalar aquello que me roban y que den gracias a Dios de que soy consciente.
Supongo, y no creo equivocarme, que tienen bastantes estudios, obviamente no publicados, sobre los beneficiarios del modelo que suscribirían una póliza privada. Yo apostaría que entre el 35 y el 40% del colectivo de forma casi inmediata, si no se produce renovación.
No creo equivocarme al pensar que las aseguradoras ya tienen los productos diseñados, con su correspondiente estrategia de marketing, faltando únicamente dar el banderazo de salida.
Seguramente no se pondrían restricciones a la suscripción para dar una imagen más amable; además al estar el nuevo colectivo incluido en el doble aseguramiento, las prestaciones bajarían del 110% actual al 70%, que aproximadamente suponen las pólizas privadas, y, por supuesto los pacientes crónicos acudirían a la Pública, especialmente a la “descongestionada” Primaria para poder beneficiarse del descuento en las recetas farmaceúticas.
Lo dicho, la figura del Marqués.
Los sindicatos, especialmente el mayoritario entre los funcionarios, a mi parecer, se han comportado como meros figurantes y observadores de los acontecimientos, sólo ahora, cuando quizá es demasiado tarde, surgen algunas declaraciones en el sentido de que si el Concierto no se renueva podrían legar a realizar movilizaciones en la calle.
En todo caso, no las veo como las realizadas en Cataluña durante los hechos que sucedieron a la declaración de independencia de Puigdemont.
Otro agente importante al que echo en falta es a los representantes de los médicos. Hasta ahora no he visto ninguna manifestación pública de los representantes del colectivo médico, y no olvidemos esa máxima de que no se puede hacer Medicina sin médicos.
Cierto que les ocupan otros problemas, sin duda de mayor calado y trascendencia, pero si quiero hacer una acotación: de los 2.400 millones que MUFACE abona en el actual ejercicio estimo que no menos del 50% corresponde a retribuir a los médicos por el trabajo realizado en asistencia a mutualistas. Ignoro si esta cifra dada por la Ministra Alegría es sólo de MUFACE o incluye a las otras dos Mutualidades, ISFAS y MUGEJU, pero en cualquier caso es una cifra que, cuanto menos, merece atención.
No puedo evitar, que esos dos últimos actores-sindicatos y organizaciones colegiales-, me recuerden a la escena en que los dos sargentos, pasando del interés de los mandos en la vaquilla, intercambian tabaco por librillos de papel. Del problema de la vaquilla que se encarguen otros.
No me quiero extender, sólo lamento la desaparición del gran Forges, que seguro que en dos viñetas habría reflejado con infinitamente mayor claridad las disquisiciones que he tratado de poner en papel.
Sólo espero que el final, no sea el de la película, muriendo de inanición la vaquilla y sin beneficiar a ninguno de los intervinientes y afectados por el resultado final.