EEUU sanciona a firmas chinas vinculadas a fabricación de drones rusos usados en Ucrania
El gobierno de Estados Unidos anunció este jueves sanciones contra empresas con sede en China vinculadas a la producción de los drones que Rusia ha desplegado en su ofensiva militar en Ucrania.
Se trata de las primeras medidas tomadas por Washington contra firmas chinas "que desarrollan y producen directamente sistemas completos de armamento en colaboración con empresas rusas", informó el Departamento del Tesoro estadounidense.
"Esta ha sido la primera vez que realmente hemos visto a una empresa china fabricando ella misma un arma que luego ha sido utilizada en el campo de batalla por Rusia", aseguró, por su parte, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
"Por eso seguimos trabajando con nuestros aliados y socios de todo el mundo para dejar claro a China que esta práctica es inaceptable y que deben tomar medidas para contrarrestarla", dijo.
Esta decisión del Departamento del Tesoro apunta a tres empresas -dos de China y una de Rusia- y a un ciudadano ruso por su implicación en el desarrollo y fabricación de las aeronaves no tripuladas rusas de ataque de largo alcance de la serie Garpiya.
Según la dependencia, esos drones están "diseñados y desarrollados por" expertos afincados en China y son producidos en fábricas de ese país asiático en colaboración con empresas de defensa rusas.
Luego son transferidos a Rusia para su uso contra Ucrania.
"Rusia depende cada vez más de la experiencia de profesionales extranjeros y de la importación de tecnologías sofisticadas para mantener su programa de armamento y avanzar en su campaña militar contra Ucrania", declaró el subsecretario en funciones del Tesoro para terrorismo e inteligencia financiera, Bradley Smith.
Las dos empresas sancionadas en China son Xiamen Limbach Aircraft Engine Co y Redlepus Vector Industry Shenzhen Co.
También fueron incluidos la compañía rusa Trading House Vector y el ciudadano Artem Mikhailovich Yamshchikov.
Sanciones anteriores de Estados Unidos han afectado a entidades chinas que suministraban componentes a empresas rusas, piezas que posteriormente se utilizaban para fabricar armas.