Sergio Conceiçao, entrenador del Porto desde 2017 hasta el pasado verano, se ganó la fama de saber enderezar el talento de las promesas que llegaban al equipo portugués con mano dura. Le pasó al centrocampista
Nico González, llegado del Barça en el verano de 2023 y con pocos minutos hasta enero de 2024, cuando ya tomó el rumbo que quería su entrenador y se convirtió en fijo. Presumió de su método, no siempre entendido, este jueves en el Casina Poste de Roma con motivo de la presentación de los 25 finalistas al Golden Boy, con el azulgrana
Lamine Yamal como favorito sin discusión.
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