La censura cultural en el gobierno de Dina Boluarte
Este miércoles 16, en la edición impresa de La República, se publicó en esta sección cultural la nota “Cuy sin premio y Caslit tomada por el capricho y la ignorancia”. En ella, dábamos a conocer la afrenta contra el destacado artista peruano Juan Acevedo, a quien se le estaba retirando el Premio Casa de la Literatura Peruana 2024, el cual se le iba a entregar el próximo jueves 24 de octubre.
Recordemos que, en mayo último, la Casa de la Literatura había anunciado que Acevedo era el autor galardonado de su homónimo premio. Esta nota, en su versión web, estaba programada para salir a las 7 de la mañana de ayer miércoles. A las ocho, la Caslit publicó en sus cuentas oficiales el anuncio oficial de que esta edición 2024 entraba en “una fase de reorganización”. Cincuenta y cuatro minutos más tarde, el ministro de Educación, Morgan Quero, tras ver la referida nota de La República, ordenó que se retire el comunicado. Pero quedaron las capturas de pantalla, que ya todos hemos visto.
Del Minedu argumentan que nunca se cumplió un proceso formal para el otorgamiento del Premio Caslit. Podría creerse que se trata de un hecho aislado que tiene a un reconocido y admirado artista como víctima de la burocracia. Pero tras ver la explicación de la exdirectora de la Caslit, Karen Calderón Montoya, en entrevista con Epicentro, en cuya gestión se designó a Acevedo, quedó muy claro que la legitimidad del premio obedece más a un riguroso proceso selectivo que a cuestiones formales perfectibles. No es que de la noche a la mañana se designó a Acevedo. Acevedo estaba en el bolo desde hace varios años.
Lo que ha pasado con Acevedo no es, como sugerimos líneas arriba, un hecho ocasional. Es una práctica de borrado cultural que el gobierno está llevando a cabo desde que Boluarte asumió el poder. Este borrado cultural, tiene dos columnas: lo que Boluarte cree entender por cultura y la agenda cultural de las bancadas de derecha del Congreso. De esta unión, sale lo que estamos viendo como gestión cultural en el presente gobierno.
El primer ministro de Cultura de Boluarte, fue Jair Pérez Brañez, pero no duró muchos días porque renunció a causa de las muertes en las protestas contra la presidenta en el sur del país. Quien lo sucedió, fue Leslie Urteaga, en diciembre de 2022. A Urteaga, sumemos los ministros de Educación: Patricia Correa (renunció), Óscar Becerra, Magnet Márquez, Miriam Ponce y M. Quero.
Bajo este escenario, empezaron algunas movidas. A razón de las burlas contra Boluarte, también en el contexto de las protestas, por parte de los estudiantes de Arte del interior, en junio, vía el Ministerio de Economía, el gobierno decidió reducir entre el sesenta y setenta por ciento la Asignación Presupuestaria Multianual 2024 – 2026, hecho que puso en jaque a Bellas Artes, a la Escuela Nacional de Folklore José María Arguedas, a la Escuela Nacional Superior de Arte Dramático y a la Escuela Nacional Superior de Ballet.
En el 2024, el asunto se puso peor. Como ya lo ha indicado La República en varias notas, la iniciativa por una nueva ley de cine promovida por la congresista Adriana Tudela, puso en peligro el desarrollo del cine peruano, en especial el que se hace en regiones. Se trataba de un proyecto, que venía del 2023, de claras intenciones económicas y con un paupérrimo discurso cultural que lo sostenía. “Yo no veo ninguna película que haya ganado nada”, dijo Alejandro Cavero, de Avanza País, bancada que, junto a Fuerza Popular, Renovación Popular y Podemos Perú, impulsaron este despropósito que iba a colocar a Perú como un país que censura y que borra memoria.
Este despropósito fue aprobado por el Congreso y fue tal la presión, que el Ejecutivo anunció que la observaría. Hasta ahora está en el limbo. Por motivo de esta problemática, la exministra Urteaga fue abucheada en la inauguración del Festival de Cine de Lima, en agosto último.
Pero semanas antes de aquel festival de cine, Boluarte y Urteaga cometieron un acto que no admite precedentes. Veamos: por la nueva edición del libro 200 años después. Los escolares preguntan, los historiadores responden, los textos de Carmen Mc Evoy y María Emma Mannarelli, fueron cambiados por sendos textos de Dina Boluarte y Leslie Urteaga. El chiste se cuenta solo.
El último 8 octubre, el Dúo Arguedas, conformado por los hermanos Walter y Julio Humala, fue impedido de ingresar al Gran Teatro Nacional, en donde iban a ofrecer un concierto llamado ¡Qué viva la tradición! No hubo razones, fue un veto llevado al caballazo debido a la actitud crítica de los artistas al gobierno de Boluarte. Los Humala recibieron apoyo de sus seguidores en las redes sociales.
Pues bien. En una tira de Acevedo, el perro Humberto le pregunta al Cuy cuál es la diferencia entre las ratas y los cuyes. El Cuy le responde que ambos son pobres, pero los cuyes son honrados. Ergo: el Cuy ha golpeado a una rata, una vez más.