El escándalo Errejón es mucho más que la caída en desgracia del portavoz de un grupo parlamentario. Es el detonante del fracaso de todo un proyecto político, el que intentó liderar Yolanda Díaz cuando fue designada a dedo sucesora de Pablo Iglesias. Aunque la también vicepresidenta del Gobierno va a tratar de mantener unido ese conglomerado llamado Sumar, hoy se cumplen diez días de la dimisión de Íñigo Errejón y aún no han nombrado a su sustituta (todo indica que quieren a una mujer). Es una muestra más de las dificultades que atraviesan. La abrupta salida del exfundador de Podemos tras su autoconfesión ya está operando como acelerador de un proceso de reposicionamiento ideológico que lleva tiempo fraguándose, que anida... Ver Más