Una enorme multitud alegre y multicolor convirtió la primera Marcha del Orgullo bajo Milei en una clara señal de que la sociedad no está dispuesta a rendirse ante los insultos y el maltrato. Mezcla de festejo y reparación, la movilización reclamó por el ataque oficial a los derechos adquiridos y condenó los discursos de odio promovidos por el Gobierno.