El equipo de Hansi Flick debe confirmar su gran momento con otra victoria convincente sobre el Espanyol para dar continuidad a la semana fantástica culé, saldada con sendas goleadas ante Bayern y Madrid, tan disfrutadas y celebradas por el barcelonismo. Este Barça gana, arriesga y da espectáculo con chavales de casa. Acaparar el éxito y el protagonismo que el Madrid regaló incomprensiblemente con su ausencia en la gala del Balón de Oro fue otra gran triunfo culé. El premio al mejor Sub-21 a Lamine Yamal supone una nueva recompensa al trabajo bien hecho durante tantos años en la Masia. No estaría de más que Laporta fuera más conciliador y agradecido por la parte positiva de la herencia recibida y reconociera el acierto de Jordi Roura y Aureli Altimira en la captación y formación, y de Xavi Hernández y Ronald Koeman en su apuesta por Lamine Yamal, Cubarsí, Fermín, Pedri, Gavi o Balde. Tampoco está mal el legado recibido en el fútbol femenino, con el reconocimiento de mejor equipo del mundo y el segundo balón de oro para Aitana Bonmatí. Este viento a favor debería aprovecharse para unir al barcelonismo y no para pasar factura a la Grada d’Animació, cuyo apoyo al equipo ha sido incondicional. No tiene sentido hacerles pagar a estos grupos jóvenes las multas por algún insulto leve sin autor identificado cuando lo venía asumiendo el club porque puede sonar a represalia por el“ Barça, sí, Laporta, no” de la temporada pasada. Y es incomprensible que la directiva todavía no haya ofrecido los abonos sobrantes para la segunda vuelta en el Camp Nou a los socios que llevan años en la lista de espera.