La Virgen de la Estrella ya se encuentra de nuevo en su capilla después de una semana fuera por la celebración de los cultos extraordinarios con motivo del 25 aniversario de la coronación canónica . La procesión triunfal de regreso desde la Catedral, que tuvo lugar en la tarde noche del sábado 2 de noviembre, discurrió según el horario establecido por la hermandad, de tal forma que el paso de palio entró a las 2:40 horas , apenas diez minutos después de la hora prevista. La jornada discurrió con gran normalidad y fluidez . La dolorosa del Domingo de Ramos avanzó a buen ritmo, llegando a Triana a las ocho de la tarde, tal y como estaba previsto, y realizando las distintas presentaciones también según lo planeado. No hubo parones pese a las multitudes congregadas en torno a la Virgen y de las numerosas muestras de fervor que se dieron a lo largo del recorrido, con sevillanas, fuegos artificiales, petaladas, rezos y salves en los puntos más destacados de la procesión. El regreso por San Jacinto alternó chicotás con marchas por parte de la banda de la Oliva de Salteras con otras a tambor, como la que plantó el cojunto de Antonio Garduño que cobijaba a la Virgen de la Estrella desde el lateral de la parroquia de San Jacinto hasta escasos metros de su capilla al filo de las dos y media de la madrugada. Allí, en los últimos metros de la procesión, la esperaba la alfombra de sal preparada por hermanos de la Estrella de Coria del Río con los colores corporativos, el escudo de la hermandad y el logo de la efeméride. La dolorosa trianera discurrió por la misma a sones de las tres últimas marchas antes de realizar su entrada: 'Virgen coronada de estrellas', 'La Estrella' y 'La estrella sublime'. Tras despedirse de sus hermanos y del notable público congregado en la intersección de San Jacinto con Pagés del Corro, la recogida de la Estrella tras algo más de diez horas de procesión por las calles de Sevilla y Triana ponía el punto final a una semana muy intensa para sus hermanos y devotos, que ya saben lo que es celebrar por todo lo alto las bodas de plata de una coronación.
