El emotivo encuentro de un efectivo de la UME con su familia afectada por la DANA tras cinco días trabajando en la zona cero
Cinco días después de la terrible DANA que ha provocado una tragedia histórica en Valencia, el Ejército sigue desplegado en la zona cero para colaborar en las tareas de búsqueda y rescate de víctimas y labores de desescombro y limpieza de calles. Según los últimos datos de efectivos activados en territorio, había más de 3.60 militares desplegados, entre ellos 1.992 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Los miembros de esta unidad están acostumbrados a afrontar desgracias de todo tipo y en este caso están centrando sus tareas en la búsqueda cinológica , la limpieza y apertura de viales con maquinaria pesada o el apoyo con mini máquinas para retirada de vehículos y apertura de viales. También han tenido que afrontar la recuperación de más de 70 fallecidos hasta el momento. Aunque están preparados física y mentalmente con situaciones de alta presión como la que deben estar viviendo estos días, lo cierto es que para ellos es especialmente duro estar actuando en catástrofes en nuestro propio país y más para algunos, que son oriundos o residentes en Valencia y que tienen que intentar trabajar con la cabeza bien fría y dejando los sentimientos, ansiedad y pena a un lado. Esto es lo que ha tenido que afrontar durante estos días el cabo Bernardo Gómez, que es vecino de Massanassa, una de las zonas más azotadas por la fuerza del agua. Este domingo a primera hora, la UME ha querido agradecer a través de su cuenta oficial de X, antiguo Twitter, su trabajo estos días y ha contado que ha estado al pie del cañón a pesar de tener a su familia afectada por la DANA. «Tras cinco días de intervención, ayer el cabo Gómez, vecino de Massanassa, pudo acercarse a ver a su familia también afectada por las inundaciones», cuenta el tuit, en el que se añade que «Bernardo, muchas gracias por anteponer la misión sobre todo lo demás y muchas gracias a nuestras familias por apoyarnos siempre». El mensaje de agradecimiento y cariño va acompañado de una imagen que lo dice todo, la de Bernardo, ataviado con su uniforme y con restos de barro , abrazando sentidamente a una mujer en la entrada de un garaje que todavía tiene claras señales de que allí también llegó a colarse el agua. Al lado de la puerta se ve mucho barro y agua. «Una historia bonita en medio de tanto dolor », han clamado algunos usuarios. Su historia se suma, pues, a la de rescates milagrosos , como el de una embarazada de siete meses, y reencuentros ansiados que están dejando una nota alentadora ante la desgracia natural más importante del último siglo en España.