La solidaridad de los cordobeses con la zona de la DANA: «No podíamos quedarnos en casa parados»

«No podíamos quedarnos en casa parados ante lo que están sufriendo esas criaturas. De ninguna de las maneras. Hemos cogido todo lo que hemos podido, un carrito y una pala que guardábamos. Y nos hemos venido al Parque de los Bomberos . Todo es poco». Inmaculada habla desde su coche, medio emocionada. Acaba de soltar en varios carritos que transportan dos policías todos los alimentos, agua y utensilios uqe ha llevado al punto donde el Ayuntamiento de Córdoba fijó el viernes que se podían hacer donaciones. La cola de vehículos sigue en la avenida de los Custodios a la par que el patio central del recinto de los Bomberos se llena del trajín que una mañana de lunes habría en una gran plataforma logística . Palés con carga de víveres, pequeños vehículos de transporte que los llevan a las puertas de un tráiler que espera -van ya por el cuarto desde la mañana de este domingo- . Ir y venir de agentes y bomberos que sacan y meten carga. Las previsiones se han desbordado (podrían rondar las 180 toneladas de mercancía ). Durante toda la jornada de este sábado, los bomberos no pararon ni un minuto. La mañana de este domingo es igual o incluso de más agitación. Coches y más coches que entraban, soltaban sus donaciones y salían por el mismo carril, hasta que empezó a faltar sitio en las dependencias del Parque Central y se tuvo que apilar en el patio hasta que los camiones que ha buscado el Ayuntamiento han empezado a almacenar la carga que ya rueda camino de la Comunidad Valenciana . « Es terrorífico, como una película catastrófica . Son imágenes dantescas que nos ponen el vello de punta y nos obligan a ayudar de la mejor manera que podamos», explica Rafael cuando suelta productos de limpieza y paquetes de leche en el carrito que le han ofrecido para que deje su carga. Hay más de 500 kilómetros entre este parque de bomberos y la zona cero de una DANA terrorífica, pero pareciera que apenas les separan unos kilómetros. Hay urgencia de que lleguen cuanto antes todos los kilos y kilos de material y alimentos que se han ido entregando de manera anónima.