Fernando Alonso lo intentó con toda su alma. Con un coche que ya ha reiterado que es el "9º o 10º" (de un total de 10), a la cola de la parrilla, obró el milagro de la Q3 en clasificación aprovechando que la lluvia le permitía arriesgar más y suplir con sus manos las múltiples carencias de su monoplaza. Arriesgó con todo pensando en la pole y acabó contra el muro. Sus mecánicos arreglaron el monoplaza a contrarreloj para que saliera a la carrera desde el 9º puesto y eso es lo que hizo a Fernando llegar a la meta y no abandonar, resistiendo en pista pese a los muchos dolores que sufría en la espalda por culpa de un problema de rebote en su coche.