La Batalla de Valdepeñas fue una insurrección del pueblo homónimo contra las tropas francesas que tuvo lugar el 6 de junio de 1808 , siendo quizá el hecho histórico más destacado que ha vivido este municipio ciudadrealeño. Pero, desde hace más de tres años, aquí se lleva librando una contienda por el producto que más fama le da, el vino, una guerra que ahora parece estar llegando a su fin. La historia vitivinícola de Valdepeñas se remonta a varios siglos o incluso milenios atrás, pues últimos hallazgos arqueológicos de materiales orgánicos relacionados con la producción del vino en el yacimiento Ibérico del Cerro de las Cabezas –a escasos kilómetros de la localidad- sitúa esta tradición entre los siglos VII y IV a. C. Pero no fue hasta más tardes, durante el reinado de Felipe II -en la segunda mitad del siglo XVI- cuando se extiende la fama de este producto por la Corte en Madrid, algo que se alargó en el tiempo hasta la actualidad. En 1930 la Junta Regional Vitivinícola se establece en Valdepeñas y dos años después, el 8 de septiembre de 1932, el Estatuto del Viñedo (primera ley que regulaba el sector vitivinícola español) recoge y reconoce esta zona de producción. De esta forma la Denominación de Origen (DO) Valdepeñas es una de las primeras zonas de producción y elaboración protegidas de España. Así, hasta que hace más de tres años todo saltó por los aires. La crisis actual de la DO Valdepeñas tiene sus orígenes en 2020 con la guerra abierta entre las dos familias y empresas con más fuerza: García Carrión, dueña de Don Simón o Pata Negra, por un lado, y Félix Solís, propietaria de Los Molinos o Viña Albali, por otro. Una guerra con cruce de demandas incluido entre ambas –con acusaciones sobre la venta de vino joven como si fuera crianza, reserva o gran reserva–, que ha acabado con los máximos dirigentes de ambas casas imputados en la Audiencia Nacional. En noviembre de 2021 dimitió el entonces presidente de la DO Valdepeñas, Carlos Nieto, y se inició un proceso de liquidación de los bienes de la asociación y para regularizar la situación de sus trabajadores. Ante la disolución de la Interprofesional, órgano de gestión de la misma, la Consejería de Agricultura se vio obligada, según establece la Ley 7/2007, a asumir la gestión desde entonces , al superarse sin acuerdo la fecha límite para evitar la salida de las organizaciones agrarias -Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias-, lo que derivó en una clara división entre las ramas comercializadora y productora, abandonando esta última su representación en el ente. Durante este periodo de transición, la DO Valdepeñas ha seguido funcionando bajo la tutela del Gobierno de Castilla-La Mancha, aunque la realidad es que esta zona productora ha visto disminuida la superficie de viñedo y el número de viticultores. Ahora son alrededor de 1.200, cuando en la campaña 2021/2022, al disolverse la interprofesional, eran más de 1.650, según datos del Ministerio de Agricultura. Además, los vinos que se elaboran al amparo de esta marca de calidad han sufrido la pérdida de parte de su cuota de mercado. Sin embargo, en los últimos meses y semanas hay rumores esperanzadores de que las cosas vuelvan a la normalidad. Eso es lo que se extrae, al menos, de las últimas declaraciones realizadas por los responsables de la Consejería de Agricultura. Fue el propio consejero, Julián Martínez Lizán , quien, justo hace una semana, hizo un llamamiento a la responsabilidad de «todas las partes» para que antes de Navidad pueda haber un acuerdo para conformar la nueva Interprofesional de la DO Valdepeñas. El titular de Agricultura de la Junta de Comunidades avanzó que el acuerdo se firmará «cuando haya un consenso» entre todas las partes para «hacer viable la nueva configuración de la interprofesional» mientras se trabaja en la elaboración de los nuevos estatutos. «El principal desafío en la redacción de los estatutos radica en asegurar una representatividad equilibrada entre productores y elaboradores», un aspecto que, según el consejero, ha sido la «mayor pretensión» de todas las partes implicadas. Por todo ello, pidió «aunar esfuerzos» para sacar adelante, «cuanto antes», la nueva interprofesional, al tiempo que arremetió contra «las personas con intereses muy partidistas» que están lanzando mensajes en contra de la denominación de origen. En este sentido, aclaró que, a pesar de esos intereses, «la DO Valdepeñas existe y sigue funcionando con plena operatividad», a pesar de los «vaivenes» de estos últimos años, zanjó Martínez Lizán. El Grupo Parlamentario Popular ha registrado también una Proposición no de Ley para recuperar la DO Valdepeñas , que incluye, entre otras cosas, la creación de un observatorio de precios que vele por los intereses de los viticultores y bodegueros, y que permita, mediante la aplicación de la normativa de la cadena alimentaria, no trabajar por debajo de costes; una línea de ayudas específicas para la compensación de los costes que han superado los gastos y la creación de un sello de calidad. En representación de la parte productora, el secretario general y responsable del sector del vino de Asaja en Castilla-La Mancha, Florencio Rodríguez , asegura a ABC que se están produciendo «avances importantes» en la DO Valdepeñas. «Estamos en el último paso para, de alguna manera, volver otra vez a la situación que teníamos», afirma, a la vez que apunta que «la solución ahora está en manos del sector industrial y comercial». «El productor ya ha hecho su trabajo y lo llevamos haciendo desde hace mucho tiempo, y estamos esperando a ver si realmente las pequeñas diferencias se liman y se firman los estatutos de la interprofesional», subraya Rodríguez, quien espera poder dar «buenas noticias en breve». Eso sí, reconoce que «durante todo este periodo, que ha sido largo y complicado, hemos sido generosos y hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos para defender los intereses de los viticultores para que la representación no fuera desigual, sin el abuso de dominio por parte del sector industrial».