La gigantesca y misteriosa fábrica abandonada al norte de LIMA tras un devastador terremoto: hoy luce en ruinas y hasta tiene una cancha de fútbol
Al norte de Lima, se encuentra la fábrica Cantabria, una planta procesadora de harina de pescado que alguna vez fue símbolo de prosperidad industrial. Hoy, tras más de medio siglo de abandono, su infraestructura en ruinas es un silencioso testimonio de un tágico episodio de la historia peruana: el terremoto de 1970. Este desastre natural marcó un antes y un después para las comunidades de Áncash, dejando una huella de destrucción que llegó hasta esta gran estructura.
La gigantesca fábrica abandonada en Huarmey
La enorme fábrica Cantabria se ubica cerca de la carretera que atraviesa Huarmey, dominando una extensión aproximada de 4,000 metros cuadrados. A pesar de ser propiedad privada, la entrada es relativamente accesible, y los rastros del pasado se observan desde el inicio del recorrido. Las paredes de adobe, marcadas por años de exposición al clima y al olvido, muestran grandes grietas provocadas por un inminente colapso. Un imponente tanque de agua se encuentra sobre el terreno, aunque sus columnas corroídas y la escalera perdida revelan su fragilidad.
A pesar de los años, la fábrica sigue de pie, deshabitada y envuelta en un inquietante silencio, sirviendo como un recuerdo tangible de la tragedia. No obstante, entre sus grietas y espacios desolados, ha surgido un peculiar uso: una cancha de fútbol improvisada que contrasta con la soledad de las paredes agrietadas y quemadas.
¿Cómo luce hoy la fábrica Cantabria en Huarmey?
La fábrica en Huarmey se ha transformado en un espacio casi surrealista. El patio principal ha sido adaptado como una cancha de fútbol, donde se observan las marcas de balones en los muros y techos aún en pie. Este insólito detalle habla de cómo un sitio tan inhóspito ha sido reclamado por los habitantes de la zona y exploradores.
Las habitaciones restantes, algunas sin techo y otras ennegrecidas por quemaduras, están cubiertas de musgo y otras vegetaciones que, en algunos casos, han sido intencionalmente incineradas. Las columnas que se mantienen firmes cuentan una historia de resistencia, mientras que los restos de lo que alguna vez fueron baños y duchas añaden un matiz de humanidad a un sitio que ha sido testigo del paso del tiempo y del abandono.
¿Por qué la fábrica Cantabria quedó abandonada?
La historia del abandono de la fábrica Cantabria no es simplemente un relato de decadencia industrial, sino de una tragedia de proporciones inmensas. El 31 de mayo de 1970, un terremoto de 7.9 grados sacudió la región de Áncash, causando estragos a lo largo de la costa y el interior del país. Yungay, la ciudad más golpeada, quedó sepultada bajo un aluvión, convirtiéndose en un símbolo del dolor y la pérdida de 20.000 vidas.
La fábrica, ubicada en Huarmey, también sufrió el embate de esta catástrofe. Su infraestructura colapsó en gran parte, y las actividades que sostenían a la comunidad se detuvieron abruptamente. La magnitud de los daños y la pérdida de vidas dejaron marca que la reconstrucción de la planta nunca se llevó a cabo.
El devastador terremoto de 1970 en Perú
El terremoto de 1970, con epicentro en el océano Pacífico, afectó gravemente a diversas ciudades del país. La región de Áncash fue la más golpeada, con la ciudad de Yungay sepultada por un aluvión que dejó una devastadora pérdida de vidas humanas y destruyó completamente su infraestructura. Huaraz, la capital regional, también sufrió severos daños, con una gran parte de sus edificios colapsando y dejando a miles de personas sin hogar.
Otras localidades como Chimbote, Casma y Huarmey se vieron igualmente impactadas por la furia de la naturaleza, perdiendo infraestructura vital y paralizando actividades económicas e industriales. La magnitud del sismo y la destrucción subsiguiente marcaron un antes y un después en la historia de estas comunidades y del país.