La clave política de los próximos 12 meses
La elección de medio mandato será el hecho político central en el año 2025. Las elecciones legislativas no definen la presidencial siguiente, pero sí crean el contexto en el cual se desarrolla la segunda parte del mandato presidencial e influye en la reelección cuando la hay, como sucederá en este caso en Argentina.
El Gobierno intentó postergar las PASO, pero finalmente no lo logró. La intención era clara: de acuerdo a los plazos de las PASO, en abril se deben definir las candidaturas de la elección que debe tener lugar en agosto. Esto hace que el Gobierno necesite llegar al primer cuatrimestre de 2025 con una economía favorable. Esto implica que una mejor situación económica en términos de la gente deberá tenerla el oficialismo para finales del primer cuatrimestre del año, es decir, en abril.
Una derrota en las PASO no se traslada automáticamente a la elección nacional, pero crea clima político para ella. Es así como en un año político-electoral puede definirse en función de los cuatro trimestres. El primero, en el cual lo electoral tiene poco peso y coincide además con cierto receso en este campo; el segundo, en el cual el hecho político central serán las alianzas y candidaturas para las PASO; las PASO propiamente dichas; y la elección nacional.
La primera cuestión es cómo se presentará electoralmente el oficialismo: si constituirá o no una alianza electoral con sectores afines, y especialmente el PRO. No es fácil que así sea. En los últimos meses de 2024, el Presidente Javier Milei se ha negado a este tipo de acuerdo, aunque el Congreso juega un rol clave y el expresidente Macri controla entre 25 y 30 diputados -la mayoría todavía responde a Mauricio Macri-. Milei ha instado a constituir un interbloque como antecedente de una alianza que claramente quiere evitar. Su estrategia consiste en captar los votos de las fuerzas afines para que engrosen el caudal libertario propiamente dicho.
Pero esta estrategia podría tener excepciones en dos distritos clave: la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires. La primera tiene el caudal electoral más importante del país, con más de un tercio de los votos (34%). Ganar o perder este distrito es relevante. Perder esta elección significó en la política contemporánea perder el poder para Arturo Frondizi, Arturo Illia, Carlos Menem en su segundo mandato, Fernando De la Rúa y también para Alberto Fernández. Sólo Cristina Kirchner en 2009 logró superar la prueba de perder la elección de medio mandato pero ganar la presidencial. Lo contrario le sucedió a Mauricio Macri, que ganó la de medio mandato pero perdió la reelección.
En gran medida, ganar o perder la elección de medio mandato es ganar o perder la provincia de Buenos Aires. De ahí su importancia electoral, que supera la cantidad o porcentajes de los votos del distrito. La victoria o la derrota no se consideran por cantidad de legisladores en este caso, sino por cantidad de votos. Sacar un voto más en la provincia más grande del país o en la suma nacional de votos implica un efecto victorioso.
En esta elección resultará decisiva la unidad o división de los electorados. Si una fuerza saca el 35% y la que le sigue 30%, el primero habrá ganado por cinco puntos. Pero con ese mismo porcentaje, si el adversario obtiene 40%, perdió por cinco puntos. Históricamente, la unidad o división del peronismo ha jugado un papel importante en este tipo de resultado. Sin ir muy lejos en el tiempo, Cristina Kirchner perdió en la elección de medio mandato de 2017 por medio punto. Pero en esa oportunidad la lista del peronismo disidente, encabezada por Florencio Randazzo, obtuvo seis puntos, en su mayoría provenientes del peronismo.
Es decir, que la estrategia electoral de Milei no sólo perseguirá absorber los votos de sus fuerzas aliadas como el PRO, sino al mismo tiempo dividir el caudal del peronismo.
En cuanto al Congreso, Milei podrá tener avances. En su discurso de Parque Lezama, dijo que tenía que gobernar teniendo a su favor sólo el 10% del Senado. El año que viene se renuevan senadores en ocho distritos. Son veinticuatro bancas de las setenta y dos (el Senado se renueva por tercios cada dos años). El ganador obtiene dos y el segundo una. Las ocho provincias que renuevan senadores son Tierra del Fuego, Santiago del Estero, Salta, Río Negro, Neuquén, Entre Ríos, CABA y Chaco. Aunque se diera el hipotético caso de que La Libertad Avanza obtuviera el primer lugar en esas ocho provincias, sumaría dieciséis senadores más, con lo cual, sumados a los siete que hoy tiene, alcanzaría los veintitrés: no llega a un tercio de la Cámara Alta.
En el caso de la Cámara de Diputados, Milei, en su mencionado discurso, ha dicho que tiene el 15% de la Cámara, en este caso treinta y nueve bancas. Para llegar a la mitad más uno, el oficialismo nacional necesita noventa bancas más. Para obtenerlas tendría que ganar tres cuartas partes de los legisladores que se renuevan, un cálculo que ni siquiera puede plantearse hipotéticamente. Pero aunque Milei no llegue a la mayoría en ninguna de las dos Cámaras, un buen resultado lo impulsa políticamente para la segunda parte del mandato.