Podría ser este un artículo dedicado a la poesía futbolística que ofrece el
Barça en todas sus últimas apariciones. O para recordar aquel partidazo de los azulgrana en
Belgrado, en 1982, y en el que
Schuster jugó un partidazo y
Maradona anotó un gol antológico desde fuera del área en una noche lluviosa. Quería recordar anécdotas de aquella cena que compartimos con el padre de
Diego, con
Jorge Cyterszpiler, y algunos maestros del periodismo como
José Félix Pons, Santi Gargallo y Enric Bañeres, entre otros, que hoy tampoco están. Pero la mente no puede despegarse del nombre de
Valencia o de
DANA, de los más de 200 fallecidos, de lo que podía evitarse y no se evitó.
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