El portero francés
Mike Maignan fue el mejor del
Milan en la victoria en el
Bernabéu. Solo de penalti pudo batirle
Vinicius. El resto de remates, los paró todos. Desde los múltiples trallazos del criticado
Kylian Mbappé hasta el remate de cabeza de
Brahim, que parecía un gol más que seguro.
Maignan, en
Madrid, vestía con camiseta amarilla, pantalón amarillo y calcetines amarillos. Exactamente del mismo color y el mismo tono que el árbitro del encuentro, el esloveno
Slavko Vincic. Rara la coincidencia de indumentaria, que no está permitida, para que nadie se confunda. Ni los jugadores, ni los espectadores, ni los televidentes. O el colegiado del partido o el portero milanista debieron cambiar su indumentaria. Pero eso no es todo, amigos, aún hay más.
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