Pocas veces a tanta expectativa le ha seguido tamaña frustración. La llegada de
Mbappé no solo solapaba la salida de
Toni Kroos sino que aumentaba por mil las posibilidades de un equipo que sólo había perdido dos partidos la temporada pasada. Que había ganado la
Liga con varias jornadas de antelación y conquistado su decimoquinta
Champions jugando casi toda la temporada sin su delantero centro, ni su portero y centrales titulares.
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