El millonario José Elías habla por primera vez sobre su ideología política: «Ahora empiezo a ser del...»

El precio de la vivienda no deja de subir en España, y cada vez son más quienes no pueden acceder a una casa en condiciones. Entre las explicaciones más comunes a este problema destaca la falta de oferta de vivienda. Quienes sostienen esta teoría señalan que el gobierno no construye suficientes unidades para satisfacer la demanda, lo que impulsa la escalada de precios. Sobre este tema ha hablado recientemente el multimillonario José Elías, empresario y fundador de Audax, que ha compartido en redes sociales su indignación con el Gobierno por no construir más vivienda social. Enfadado por una situación que, según cuenta, empeora día tras día, el catalán afirma que incluso Franco construyó más casas «que todos los gobiernos de la democracia». En la publicación, que es un fragmento de su charla en el evento Gran Reserva, Elías se encarga aclarar que no es franquista, que, de hecho, viene de un barrio humilde y que siempre se ha sentido más identificado con la izquierda que con la derecha. Sin embargo, el empresario matiza que cada vez tienen menos clara su orientación política, y cada vez es menos de izquierdas o de derechas, y más del «sentido común» . En esta línea, explica que en España ocurren cosas que no tienen ningún sentido, como que alguien «pueda entrar en tu casa y que no tengas garantías legales para echarlo». Al acabar la Guerra Civil en España, el régimen de Francisco Franco enfrentó una gran escasez de viviendas, especialmente en las zonas urbanas, donde la destrucción y el desplazamiento poblacional habían sido devastadores. Con el objetivo de consolidar su control y reconstruir el país, el gobierno franquista lanzó programas de vivienda social que buscaban paliar la necesidad de hogares asequibles. Se crearon organismos como el Instituto Nacional de la Vivienda en 1939 , que promovía la construcción de viviendas de protección oficial para las clases trabajadoras en áreas urbanas y periféricas. A pesar de los esfuerzos iniciales, el crecimiento poblacional y la migración del campo a la ciudad pronto sobrepasaron la capacidad de estos programas, lo que dejó a muchas familias en condiciones precarias y provocó un déficit habitacional que afectaría a generaciones futuras.