La
DANA ha provocado que el
Valencia haya paralizado por completo su actividad futbolística para centrarse en lo que realmente importa ahora mismo, ayudar a quitar barro de calles, pueblos y viviendas como la de
Rubén Iranzo, un jugador del filial pero con dinámica de primer equipo al que se le había presentado una gran oportunidad por la lesión de
Thierry Rendall y que le ha tocado vivir cómo se inundaba su casa en la localidad valenciana de Aldaia.
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