El retorno de
Serge Ibaka no sirvió para reanimar al
Real Madrid, que sigue sin saber lo que es ganar fuera de casa en la
Euroliga. En
Milán (85-76) ni siquiera tuvo opción a victoria en el último cuarto, en el que llegó a perder por hasta 22 puntos (80-58) ante el
Armani de Ettore
Messina, mostrando total descomposición por momentos.
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