Diego Agudo no ha dejado de luchar contra viento y marea desde el pasado 6 de octubre. Se erigió como la cabeza visible de una familia destrozada por el grave accidente de moto que sufrió Ángela -su hermana- en Tailandia para pedir ayuda a toda la sociedad española. Consiguieron 300.000 euros en donaciones para pagar las facturas médicas y finalmente tuvieron que costear con ese dinero el regreso de la joven valenciana en un avión medicalizado privado ante la negativa del Gobierno a repatriarla en una aeronave militar especializada. Y en medio de todo ello, el lodo de la peor DANA del siglo . El joven de 31 años, mientras pensaba en la cada vez más cercana vuelta de Ángela, ha formado parte de un equipo de voluntarios que han retirado escombros y lodo con su retroexcavadora desde que la riada arrasara decenas de pueblos de Valencia. En su caso, se le ha visto ayudando en la localidad de Ribarroja del Turia , donde ha limpiado miles de kilos de desechos para que las empresas del polígono La Reva puedan volver cuanto antes a sus trabajos. «Seguimos con los trabajos de limpieza, sin descanso limpiando barro», señala Diego en sus redes sociales donde ha colgado diferentes vídeos de las labores que ha desarrollado con su vehículo pesado, con el que trabaja cada día en una de las empresas dedicada al sector de la construcción más importantes de la Comunidad Valenciana. En paralelo al dolor y a la angustia que padece por el estado de salud de su hermana, la cual conforme avanzó este periódico permanece en coma e ingresada en la UCI del Hospital La Fe, se le unió la devastación de la DANA que asoló su pueblo, Godelleta , quedándose incomunicado y sin luz ni agua durante varios días. Así, una vez superados los primeros obstáculos provocados por las inundaciones, Diego y sus compañeros se afanaron para organizarse y limpiar zonas afectadas con sus retroexcavadoras llevando después los escombros a diferentes vertederos. Una labor exigente que le ocupaba todo el día, mientras él junto a sus padres trataban de materializar el regreso de Ángela a Valencia. El propio hermano de la accidentada ha señalado en múltiples intervenciones en medios de comunicación que la situación de su familiar es crítica y que la recaudación de fondos se ideó para costear las facturas médicas, de 5.000 euros diarios , por el ingreso en el hospital de la isla tailandesa de Samui. Asimismo, apuntó que si el Gobierno le hubiese facilitado un avión medicalizado el dinero recabado hubiera ido a parar a una causa benéfica. De hecho, se comprometió a publicar todos los costes al detalle una vez su hermana se recupere para que quede constancia de la total transparencia del proceso. La familia de Ángela consiguió recaudar algo más de 300.000 euros a través de más de 27.000 donaciones en la plataforma GoFundMe. Tal y como publicó ABC, deberán pagar 15.619 euros en concepto de comisión a la intermediaria donde se depositó la campaña y, según expertos financieros consultados, tendrán que tributar cerca del 37% por impuesto de donaciones , cantidad que podría elevarse por encima de los 110.000 euros. En cuanto al estado de salud de la joven de 24 años, su prima Mariam emitió un comunicado en redes sociales para informar que continúa en coma y su situación es crítica. «Os puedo garantizar que ver a una niña tan joven, a la que amamos, en esa situación, es lo más doloroso que he vivido en mi vida », lamenta. Por otro lado, agradece el cariño recibido durante el último mes y critica a los que « han intentado lanzarles odio ». «Es algo que realmente me asusta y me avergüenza a partes iguales, la falta de humanidad por parte de ciertas personas que solo reclaman y exigen en un momento en el que toda la familia se encuentra rota», asevera. «Si tuvieses a tu hija, hermana, prima, sobrina, nieta o amiga luchando por su vida en una UCI, ¿dónde estaría centrada la poca energía que te pueda quedar para sobrellevar la situación?», reflexiona su prima. Mariam revela que le gustaría que el proceso fuese más rápido y poder contar diariamente novedades sobre el estado de salud, pero su lucha ahora está al lado de una cama de UCI: «Cada mañana, cada tarde, le contamos a Ángela todas las cosas bonitas que están sucediendo mientras sus ojos duermen. Compartimos sueños con ella, acariciamos su piel y anhelamos el momento en el que por fin decida abrir sus ojos verdes ».
