Desde el Congreso de Viena de 1814, se sucedieron los pactos políticos sellados entre las principales potencias del viejo continente para frenar el imperialismo napoleónico y el ideario liberal. Un siglo después, la alianza franco-rusa, la Entente Cordiale franco-británica y el acuerdo rusobritánico unieron sus fuerzas para combatir en la I (y la II) Guerra Mundial