Cariacontecidos por doble motivo, David Ferrer, Carlos Alcaraz y Marcel Granollers comparecen ante los medios sin muchas palabras que decir más allá del «lo siento» por no haber hecho la despedida de Nadal que querían, y el «gracias» por todo lo que han compartido con el balear. También hay lecciones, pues Alcaraz toma el mando que deja el de Manacor: «El primer aprendizaje que recibo es la pasión con la que hay que vivir. Lo he vivido estos días y es increíble. He tenido la suerte de haber compartido con él torneos y momentos, menos de los que me ha gustado, pero con momentos inolvidables que no se me olvidarán nunca». Y proseguía con la dificultad que tiene seguir un camino tan lleno de éxitos como el que ha dejado el balear: «Para los jóvenes que venimos por detrás, ha sido una suerte poder vivir la etapa de Rafa, Federer, esa lucha con Djokovic, tres jugadores que no son de este planeta. Pero también ha dejado con esa ilusión de haber qué va a llegar. Si los que estamos ahí no llegamos a ese nivel va a ser como una frustración o decepción para el mundo del tenis. Intentaré no tomármelo así. Simplemente intentaré dar todo en el día a día. Lo que ha dicho Rafa de que ha dado todo lo mejor de sí. Y es lo que intentaré hacer yo: ser el mejor jugador y persona que pueda. Si al final consigo la mitad de lo que ha hecho él, me iré contento. Es lo que intentaré dejar, un buen legado. Pero será complicado seguir lo que han hecho ellos». Sobre cómo han sido estos últimos momentos, no había palabras suficientes, demasiadas emociones en una noche en la que se pasó de la lágrima a la esperanza y de vuelta a afrontar el adiós. «Una despedida seimpre es triste, se va alguien especial en el mundo del tneis. Más allá de la amistad, es un deportista que a nivel mundial y a la sociedad ha dejado huella. Ha sido un poco extraño todo. Porque estás centrado en la Davis, con la adrenalina a tope, y cuando pierdes se baja un poco todo. Lo importante es que Rafa se vaya feliz, orgulloso, tranquilo y siendo un privilegiado. Una persona tan grande con esa humildad con todo el mundo es de admirar», dijo Ferrer. «No ha sido una noche fácil. Se me vienen muchos momentos a la cabeza, viví el inicio de su carrera, cuando tenía 11 y 12 años. Después tuve la suerte de representar con él a España con 14 y 16 años. Esos recuerdos de cuando eres pequeño se te quedan para siempre. Y cuando un amigo y un compañero al que has visto crecer llega donde llega es para quitarse el sombrero», comentó Granollers. «Nunca queríamos que llegara el momento de que Rafa se retirara. Rafa ha cambiado el tenis, el deporte español. Y a todos los que estamos aquí nos ha encantado verlo y disfrutarlo. Por desgracia todo tiene un inicio y un final. Nos hubiera gustado regalarle esta Copa Davis. No ha podido ser. Hay que darle las gracias por cómo ha llevado su carrera, los valores que ha transmitido», comentó Ferrer. «Mi sueño siempre ha sido ser número 1, ganar Grand Slams y gran parte de ese sueño es por Rafa. Alguien a quien he admirado, quien ha sabido demostrar ser buen persona más allá de ser buen jugador. Cuando lo veía hablar, me recordaba cuando lo veía de pequeño ganando y con esa pasión y pensando que algún día iba a estar donde él estaba. Es triste. Ha exprimido todo lo que tenía hasta el final», continuó Alcaraz. Sobre el futuro, solo el capitán ha pasado por el momento de ser tenista a ser extenista, pero cada uno es como es y no hay una fórmula mágica para pasar este proceso: «Cada jugador es diferente. Creo que lo llevará bien, es feliz, tiene inquietudes y muchas cosas que hacer. Es un gran embajador. Se le ve y lo ha dicho: le gusta. No va a viajar tanto porque es muy familiar, pero lo llevará bien. No es como alguien que se jubila y tiene todo el tiempo libre, Rafa tiene muchos planes. Será tenista, pero de otra manera».
